Capítulo 28: Consuelo con Cuento.

13 1 0
                                    

Después de lo sucedido, Izanami recoge a Nero del suelo y lo lleva en sus brazos hasta un futon, donde lo deja yacer y lo cubre entre unas cobijas por al menos una hora.

*****

   -Nero: ―¿Uh...? ¿Dónde... estoy...? ―se pregunta el joven al recién abrir los ojos.
   -Izanami: ―¿Despertaste?.

Nero se había despertado por completo, y al apenas hacerlo, oye la voz de Izanami mientras esta acostado en un futon y gira la cabeza en dirección de ella.

   -Nero: ―¿Izanami? ¿Qu-qué sucedió?.

Mientras le preguntaba intrigado a Izanami sobre lo que sucedió, Nero intenta levantarse pero, siente su cuerpo más pesado que una roca y como si toda fuerza existente en él se hubiera desvanecido.

   -Izanami: ―No te intentes levantar. Te puse un milagro para que recuperes todas tus fuerzas pérdidas de manera rápido. En una media hora volverás a sentirte renovado.
   -Nero: ―¿Qué me sucedió?.
   -Izanami: ―Te desmayaste porque agotaste tu energía espiritual por usar por primera vez la técnica de los milagros.
   -Nero: ―Oh, ya recuerdo. Usé un milagro... ―dice mientras mira al techo rocoso.
   -Izanami: ―Si. Y lo hiciste de una manera espectacular. Lo que se esperaba de mi monarca.
   -Nero: ―Deja de llamarme de esa manera. Por aquel malentendido, casi me ganó el rencor de medio mundo ―dice de manera exagerada y algo molesta.
   -Izanami: ―Vamos, no es para tanto.
   -Nero: ―Tal vez para ti no, puesto que no te lo dicen y te recuerdan que eres la que asesinó a los Tres Jueces del Inframundo.
   -Izanami: ―Eso paso hace mil años atrás. No sé porque siguen recordando eso. Pero bueno, cambiemos el tema. Dime, ¿como esta tu amiga?.
   -Nero: ―¿Mi amiga? ¿Cuál de todas mis amigas? ―pregunta confundida.
   -Izanami: ―La semidiosa, pues. ¿A quien más de tus amigos conozco?.

Girando la mirada nuevamente hacia Izanami y con los ojos bien abiertos, Nero sorprendido le pregunta alterado a ella:

   -Nero: ―¿¡Có-có-cómo sabes eso!?.

Izanami, que se esta sirviendo un té, mira a Nero y por como se expresó, le dice deductica.

   -Izanami: ―Por la manera en que lo dices, doy a entender que recién te enteraste, ¿cierto?.

Dando justo en el clavo, Nero, a pesar de estar acostado, se echa un poco para atrás de manera metafórica.

   -Nero: ―¿Pe-pero como lo sabes?.
   -Izanami: ―Ah, fue fácil. Cuando vi a tu amiga, observé sus ojos. Y ¡oh sorpresa!, eran de color rojo. Fue ahí cuando me di cuenta que tu amiga era una semidiosa. Además...

Izanami vuelve a estar atenta a su té y cuando finalmente se sirve en una taza, se lleva este y lo lleva hasta Nero y se sienta cerca de el mientras.

   -Izanami: ―... ¿no recuerdas que te dije algo así como que ella era interesante y que puede que alguien más que tú se enoje?.
   -Nero: ―Ya veo. Así que desde ahí supiste que mi amiga era una semidiosa. Pero, ¿porque no me lo contaste antes?.
   -Izanami: ―¿Tenía que? ―dice antes de tomar un sorbo a su té―. Además, de que me serviría contártelo si no me creerías.
   -Nero: ―Supongo que tienes razón. Para ese tiempo, que me cuentes algo así de descabellado, yo realmente no me lo creería.
   -Izanami: ―Te lo dije.

Tras esa charla, por alguna razón a Nero le entró el sueño. Así que, a pesar de que no puede moverse, de alguna manera se acomoda y nuevamente, se vuelve a dormir en un profundo sueño dentro del Inframundo. Luego de que descansó quien sabe cuanto tiempo, al despertarse, nota que sus fuerzas volvieron a la normalidad como si estuviera renovado.

Junto A La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora