Capítulo 22.

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Acabamos de visitar el museo más importante de Dubai. Este lugar es hermoso.

Después de todo lo que hemos pasado; Marcus preparó un viaje para visitar otros aires y disfrutar. Y vaya que está todo perfecto.

Estamos en la habitación del hotel. Una suite más extravagante de las que hay en Londres. Me siento encima de la cama matrimonial y observo a Marcus entrar a la habitación con sus dos manos tras su espalda.

- ¿Que tienes ahí?- intento ver lo que tiene detrás pero no me lo permite.

- Esto es una pequeña demostración de lo que siento por ti- mi corazón late tan deprisa y mi pulso se acelera. Respira,Maddie.

Saca sus dos manos y deja encima de la cama una pistola y unas llaves.

- Ya no soy un mafioso. Desde que te enteraste sobre eso, sabía que no te gustaba y siempre me lo decías. No quiero que estes preocupada si un día llego tarde a nuestra casa pensando en que me ha pasado o me han hecho algo.

Lo miro con la boca abierta y sus ojos azules se encuentran brillosos. Oh, Marcus.

- Se que sonará egoísta; pero me alegra que hayas tomado esa decisión- me tiro a sus brazos y el me agarra de la cintura. Uno mis labios con los de el y comienzo a besarlo con dulzura y amor.

- Te amo, Maddison- sonrío y beso su mejilla.

- Te amo, Marcus- nos quedamos  abrazamos por minutos sintiendo el calor de cada uno de nuestros cuerpos.

____*____

Las pequeñas vacaciones se terminaron. Hace una hora que llegamos a Londres y Sawyer; junto con Lachlan y James nos fueron a buscar al aeropuerto.

-¿ Dónde está Iván?- pensé que iba a venir a buscarnos junto con los chicos. Y hoy no tiene Universidad.

- Se encuentra en una cita con una compañera de la Universidad- que interesante. Mi pequeño bebé de 19 años ya está todo un hombre.

Considero a Iván parte de mi familia. Marcus lo considera como un hijo suyo, lo cual me enorgullece.

El ver el trato que ambos se tienen me hacen dar cuenta de que Marcus en un futuro será un gran papá.

_____*____

Las campanas de la catedral suenan por todo el lugar. Aliso mi vestido blanco varias veces para quitar el sudor que se ha formado en mis manos. Estoy nerviosa.

Hemos decidido casarnos en República Dominicana. En la catedral de la Inmaculada concepción. Mi padre, quien se encuentra justo a mi lado me ofrece su brazo izquierdo y lo tomo.

- Aunque ya seas toda una mujer quiero que sepas que siempre serás mi niña. Esa que le encantaba subirse a mi regazo desde chiquita para que le leyera un cuento. Esa nena, que cuando llegaba del colegio me contaba si un niño le molestaba. Aún eres mi pequeña princesa. Que no se te olvide.

Me da un beso en la frente y con su pulgar quita una lágrima de mi ojo derecho.

- No llores. Marcus no querrá ver a un mapache como esposa - suelto una carcajada y lo abrazo- vamos, que el tipo debe estar ansioso.

Caminamos hasta el altar en donde se encuentra el padre junto con Marcus. Sólo están presentes en la boda,  la mamá de Marcus, mis cuñados; mis padres y Sawyer, Lachlan, James e Iván.

El padre comienza a decir todo lo necesario para llevar a cabo la boda hasta que llega la parte que más eh deseado desde que llegué.

- Maddison Collins, ¿aceptas a Marcus Marshall como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo en la pobreza y en la riqueza hasta que la muerte los separe?

- Acepto- ambos sonreímos y él acaricia mis nudillos  con su pulgar.

- Marcus Marshall, ¿aceptas a Maddison Collins como tu legítima esposa para amarla y respetarla en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe?

- Acepto-

- Por el poder que me otorga la Iglesia católica; los declaro marido y mujer- me atrae hacia él y me besa con pasión. Los aplausos no se hacen esperar y ambos nos separamos.

- Señora Marshall, está usted hermosa este día.

- Gracias, señor Marshall.




Contrato Con Mi Jefe [MARSHALL 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora