El Comienzo

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Ya había pasado el funeral, doña Estefanía derrumbada por el dolor tenía como apoyo a su hermano Vicente quien acudió a la casa después de la noticia. Los niños desconcertados seguían las instrucciones de los hermanos mayores con el fin de darle fuerza su madre.

Alejandro en medio del dolor y la tristeza ve que tocan a la puerta; imagino que era alguien que venía a la casa a dar el pésame, pero a medida que se acercaba a la puerta notó que era un desconocido quien le traía un sobre dirigido a él; extrañado decide abrir el sobre misterioso que decía:

— "Alejandro, amigo mío recibe un cordial saludo y a la vez de pésame por la partida de tu padre, sabemos lo que la familia está atravesando por este momento, y en verdad lo sentimos; en medio de tu dolor queremos hacerte saber que apareces en una la lista de la Universidad, en la Facultad de Medicina, donde presentaste tus exámenes, desde aquí del Centro de Estudiantes extendemos nuestras felicitaciones..."

Alejandro no podía creer lo que allí leía y asombrado se sienta en el suelo. De inmediato su hermano Augusto sale a ver lo que le sucedía.

— Estas bien Alejandro — preguntaba impaciente.

Alejandro se levanta lloroso de la alegría y abraza a su hermano diciéndole.


— Hermano en medio de este dolor por la pérdida de papá la vida nos acaba de dar otra lección.


— Como me hubiese gustado, dice Alejandro celebrar esta alegría con papá.


La vida y sus jugadas hicieron detener la tarde en ese momento, los hermanos de duelo por la partida de su padre se abrazaban de felicidad porque el mayor se iría a estudiar lo que el tanto soñó. En ese momento doña Estefanía ve a los hermanos y decide acercarse notando en la mano una hoja y le pregunta.


— ¿Todo bien hijo? — con voz quebrada.

Inmediatamente los hermanos se voltean y la abrazan diciéndole.

— Madre papa decía que son tiempos difíciles.

— Pero sé que todo va a cambiar para nosotros.

Vicente el hermano de doña Estefanía y tío de los muchachos se acercan a la puerta al ver a madre e hijos abrazados, este suponía algo pasaba, pero necesitaba saber.

Al leer aquella carta, miro y le dijo a Estefanía

— Hermana en medio del dolor Dios nos manda una esperanza — comento Vicente.

Todos voltean a ver al tío. Si Rafael estuviera aquí aceptaría que tome las riendas de este hogar, con mi trabajo en la hilandería y tu apoyo hermano sacaremos adelante a estos muchachos.


El Poder de una Sonrisa en la AdversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora