Era un sábado por la tarde, el ambiente se tornaba algo raro las nubes en el cielo se encapotaban, parecía que iba a llover de pronto llaman a la puerta.
Era Ibrahim el doctor vecino todos sorprendidos le dicen que pasara y Rosmargaret va a la cocina a hacerle un té al doctor.
Alejandro aprovecha para hablar con su colega, Augusto se sienta para escucharlos a los dos.
— Alejandro la condición de Vicente es crítica.
— Los estudios revela que el cualquier momento se nos va.
— ¿Ibrahim es tan grave?
— Sus huesos ya no soportan más Alejandro, hay varios que se han dañado y el dolor es terrible.
En medio de la conversación se escucha caer y quebrar una tasa en la cocina. Augusto de inmediato sale disparado para allá a ver que sucedió.
Rosmargaret sentada en el piso lloraba sin consuelo, sabía que esa visita no era nada bueno; Alejandro termina de acompañar a Ibrahim a la puerta y se dirige a la cocina.
— ¡Muchachos por favor escuchen! — exclamo.
— Ya la enfermedad de tío Vicente está avanzada — repitió en voz quebrada.
Aquel instante fue muy oscuro, sabían que era ley de vida lo que no aceptaban es que pasara todo tan rápido. Augusto les contaba que Vicente tenía trabajando muchos años en la Hilandería y que un amigo le había contado que de allí muchos salían con enfermedades ocupacionales, algunos morían de cáncer en los pulmones, otros en los huesos.
Solo les quedaba aferrarse a Dios para que tío Vicente no sufriera tanto en su dolor. Acompañando al visitante a la puerta Alejandro y Augusto estrechan la mano de su vecino agradeciéndole todo lo que ha hecho por su familia.
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El Poder de una Sonrisa en la Adversidad
Teen FictionDurante de nuestras vidas y en algún momento, nos hemos tenido que topar con un sin fin de situaciones, algunas buenas, otras malas, otras que sin duda alguna nos marcan dejando una huella imborrable; otras que por el contrario nos toman por sorpres...