Esa noche había sido espectacular, la orquesta toco como nunca, los aperitivos y el champan dieron de que hablar parecía todo un cuento de hadas. Rosmargaret espero al final para irse a su cuarto, miraba su alrededor y sabía todo lo que dejaría atrás; pero no le importo aún quedaban secuelas de la noche donde estaba siendo vendido al mejor postor.
— ¡No hay vuelta atrás! — suspiro diciendo.
Tomo simplemente un lápiz y papel.
"Amados Tíos.
Les escribo estas pequeñas líneas comentándoles lo feliz que han hecho de mi vida, lo importante que ha sido mi educación, y lo agradecida que mama María estaría si me viera lo que hoy soy...
Sé que la decisión que tomo hoy no es la más prudente, pero mi corazón me lleva lejos ojalá me puedan entender... Los amos como si fueran mis verdaderos padres."
Con los ojos llorosos Rosmargaret mete como puede su ropa en una maleta y emprende la huida en la festiva noche, sabe que deja atrás sus comodidades, pero en su mente persiste la idea de abrirse camino ante sus anhelados sueños.
No había vuelta atrás, pensaba con los ojos llenos aguados. A medida que escapaba de la casa se daba animo en el camino.
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El Poder de una Sonrisa en la Adversidad
Teen FictionDurante de nuestras vidas y en algún momento, nos hemos tenido que topar con un sin fin de situaciones, algunas buenas, otras malas, otras que sin duda alguna nos marcan dejando una huella imborrable; otras que por el contrario nos toman por sorpres...