tormenta.

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CAP 7

Tormenta

Otro día mas, ha pasado una semana mi hermana no me ha vuelto a llamar y como yo no tengo saldo no lo he hecho , supongo que no era nada grave, sino ya me hubiera llamado otra vez cierto, será que se enteró de la pelea, aunque pensándolo bien, sí creo que se enteró, después  de todo Agata y ella son buenas amigas, y si se enteró de lo del guardia y que termine en el tigrito, ha qué más da, lo sabré si es que llega a venir para el día de visitas.

La semana transcurrió tranquila, en el curso de inglés me va muy bien y la prof es muy simpática, se llama Amanda, y tiene alrededor de 30 años, la verdad es que se ve joven, maneja el inglés perfectamente, he aprendido bastante.

En el curso de cocina aprendimos a hacer tortas (pasteles), la verdad es que ya lo sabía hacer, y no es por presumir pero me quedan para chuparse los dedos, lo que aprendí fue a decorarlos, soy muy buena en la cocina pero no se cocinar muchas cosas espero que en el año que este aquí, aprenda mucho.

Luego de hacer las tortas nos mandaron a llevarlas a la cocina y las dieron como postre, la mía fue la que se acabó primera, a petición de Lore le guarde un pedazo en la cocina, dijo que quería probar que tan bien me quedaban.

Al ir a la cocina en busca del pedazo de Lore me encontré con Carolina, la cocinera que es también quien da el curso de cocina, ella cocina muy rico, me la encontré maldiciendo por lo bajo con 2 sacos de pescado en frente, supuse que lo tenía que arreglar ya saben, quitarle las escamas, las tripas y ponerle sal y limón para después poder cocinarlos, y yo maldecí por lo bajo también porque odio el pescado, nunca me ha gustado, mi mama solía obligarme a comerlo, hasta que un día se aburrió de pelear conmigo y me daba huevo en vez de pescado.

C –Oh Alex No me di cuenta que estabas ahí, necesitas algo.

-No solo vine por un pedazo de torta que le guarde a Lore, umm… ese pescado es para el almuerzo.

C -Si será el almuerzo día por medio hasta que se acabe.

DIOS mátenme ahora mismo, no voy a poder soportar eso. Fue justo allí que se me prendió el bombillo.

-Carolina, que tal si hacemos un trato.

C -Que clase de trato.

-Veras yo se arreglar pescado, mi papa lo hacía en mi casa así que te puedo ayudar.

Y era cierto, más de una vez me toco ayudarlo, en contra de mi voluntad por supuesto, nunca pensé que me serviría para algo, hasta ahora.

Se le iluminaron los ojos y una gran sonrisa se le formo en la cara.

C –Enserio harías eso.

–sí, pero con una condición, me tienes que dar cualquier cosa para el almuerzo menos pescado, lo odio.

C –Wow lo odias pero estas dispuesta a ayudarme a arreglarlo para no comerlo.

–Exacto, prefiero arreglarlo a comerlo.

C –Esta bien, ninguna de las otras cocineras saben arreglarlo y es demasiado para mí, así que tenemos un trato.

Me quede el resto del día con Carolina arreglando los pescados, salí oliendo como si me hubiera lanzado en un tanque de sardinas, y llena de escamas por todos lados, era realmente asqueroso, esa era otra de las razones por la que odio el pescado, además de saber feo, huele peor, y si lo arreglas terminas con escamas hasta en la orejas.

Me fui directo a mi habitación con el mal olor, la escamas y el pedazo de torta de Lore, que supongo me debe estar esperando en mi celda, últimamente estaba en mi celda todas las noches, hablábamos de todo un poco por un rato, hasta que me daba sueño y ella se iba, podía ser muy agradable cuando quería, pero eso sí, nunca dejaba su coqueteo atrás, así sea una vez en toda la noche, lanzaba un comentario que me hacía sonrojar.

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