Así como existieron momentos como los que les he mostrado hasta este punto, también hubo muchos sueños relacionados con el romanticismo y el pensamiento de un amor romántico o platónico como en el renacimiento. Así que como una formal pareja, compartía contigo mis sueños.
Por lo tanto, al igual que nuestras fantasías, este es un sueño que idealicé e imaginé contigo.
Estaba bailando, tenía un vestido largo de tela nubosa, haciéndome parecer una hada, mi cabello y brazos tenían adornos similares a los que se utilizaban en los sultanatos y pequeñas flores a lo largo que llegaban hacia la máscara que cubría mi rostro.
Me encontraba en una velada, en una fiesta de máscaras, era un salón espacioso de piso de mármol color terracota, lleno de figurines verdes, con largas columnas, lo cual hacía posible la existencia de vidrieras opacas con figuras que la noche se encargaba de engullir, por lo que tenían que hacer la iluminación por medio de velas, haciendo que el ambiente se tornara romántico.
Pero yo bailaba sin pareja, danzaba a lo largo del salón perdiéndome en la música, la cual hacía que cerrara los ojos y diera vueltas y vueltas, de pronto la canción cambió, volviéndose pausada e ideal para las parejas ahí presentes.
Decidí que era momento de dejar a las parejas solas, por lo que comencé a avanzar hacía las salidas para vislumbrar el jardín, pero de pronto, por uno de los costados de una columna en penumbra, un enmascarado misterioso decide aparecer en escena, observando el panorama y de paso congelando mis movimientos.
Sus pasos son gráciles, denotando el porte que le otorga el conjunto que viste, su levita negra con pantalones blancos y sus botas largas marcando la fuerza de sus músculos en sus piernas, haciéndolo lucir como un caballero de película, con una máscara oscura que le hacía juego.
De pronto el enmascarado gira el rostro por todo el salón buscando a alguien, hasta que sus ojos se encuentran con los míos, haciendo que mi propia respiración deje de hacer sonidos, sintiendo como se acerca con cada paso. Mi pulso se eleva y estoy segura que voy a desmayarme, pero sigo hipnotizada por la masculinidad que desprende de él, por lo que al momento de hacer una reverencia hacia mi, me inclino lo suficiente por mera cortesía y acepto su mano para acercarnos a los demás quienes siguen bailando al son de la música, sin percatarse de lo que sucede conmigo.
Al llegar a la pista, el enmascarado se coloca frente a mi, poniendo su mano en mi cintura, acercándome léventeme a su torso, por lo que de forma automática decido colocar mi mano en su espalda y dar mi mano para que bailemos al compas de la canción.
Cada paso un latido, alejándome un poco en cada giro para volver a sus brazos y seguir para siempre en ese pequeño bucle de baile.
Una tras otra, tras otra mientras la sala se difumina quedando solos él y yo...
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Recuerdos de Ti
RomanceLas mejores historias se escriben en la piel, es cierto, por eso cuando las recuerdas te tiembla el alma, o al menos a mí me pasa así. Todas las historias nacen de algo y está nace de recuerdos; he omitido detalles a cerca de nosotros porque es imp...