Las mejores historias se escriben en la piel, es cierto, por eso cuando las recuerdas te tiembla el alma, o al menos a mí me pasa así.
Todas las historias nacen de algo y está nace de recuerdos; he omitido detalles a cerca de nosotros porque es imp...
Cumplimos seis meses y nuestra relación comenzó a tener altibajos, muchos guiados por mi inseguridad y dudas infundadas gracias a las discusiones que seguía llevando con mis amigos a causa de que te veían en otros lados cuando habíamos quedado a ciertas horas, cosa que dos veces hiciste, haciendo que me enfadara casi cerrándote la puerta en la cara, si creías que conmigo ibas a jugar a llegar tarde y que sería la chica que te perdonaría aquellos detalles realmente estabas completamente equivocado.
Sin embargo, lograbas que me contentará contigo con una facilidad que realmente era de admirarse.
Dos semanas después de aquel primer episodio, tuviste una comida familiar y cambiaste tu foto de perfil en Whats'app, Instagram y Facebook, por una foto donde se mostraba una sonrisa muy sexy, acompañada de un torso con camisa blanca, me pareció una foto increíble y te lo hice saber.
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Debo ser 100% honesta y es que realmente nunca esperé esa respuesta de tu parte, por lo que me tomaste desprevenida y me pusiste nerviosa ante la idea de decirles a tus padres algo así de atrevido.
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Con tantos momentos y diversión teníamos pocas fotos por lo que un día dijiste que nos tomaríamos muchas y seríamos como los típicos novios que tenían sus fotos cursis en el teléfono, y accedí, sin embargo pasamos el día tirados en el piso comiendo palomitas, tú haciéndome cosquillas y jugando un juego de mesa, olvidándonos de las fotos.
