Capítulo 14

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Después de todo lo vivido, nuestros encuentros románticos fueron en aumento, aunque sin formalizar realmente, vivíamos como amigos con derechos, pero sin llegar a nada más profundo todavía. Por lo tanto comenzamos a fijar nuestros encuentros a los días martes. 

Habíamos quedado de vernos al finalizar las clases, por lo que la mañana siguiente estuvo cargada de nerviosismo al tope y más aun después de recibir un mensaje, donde comenzabas a decirme que la pasaríamos increíble, que morías de ganas de verme y que ya querías que finalizaran las clases para vernos.

Habíamos quedado de vernos al finalizar las clases, por lo que la mañana siguiente estuvo cargada de nerviosismo al tope y más aun después de recibir un mensaje, donde comenzabas a decirme que la pasaríamos increíble, que morías de ganas de verme ...

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Así que cada uno volvió a poner atención a su clase. Al finalizar la primera clase como ya nos era costumbre, fuimos a plaza cívica a charlar con los demás amigos de diseño que se encontraban reunidos en las escaleras de la entrada y Vero y yo estábamos atentas y nerviosas por la cita que iba a llevarse a cabo aquella tarde, y al girarnos hacia la puerta te vimos entrar, nos volteamos a ver tapándonos la boca ante la sorpresa sin saber como reaccionar, me había quedado helada. ¡Te veías guapísimo! Llevabas una camisa azul, un chaleco y pantalones negros.

Pasaste a nuestro lado sin percatarte que estábamos ahí montando el show más cursi de la historia, pues empezamos a imaginar muchas cosas, a darle un sentido romántico al tiempo y los posibles detalles, de los cuales Vero sabía todo, por ser mi mejor amiga, la cuál termino aquella conversación con un "Aww se puso guapo para ti, ¡Qué emoción!" lo que me hizo sonreír como estúpida ante sus palabras (cosa que escribo y me emociono como si fuera la primera vez)

Así que entramos a la segunda clase sonriendo como locas ante lo acontecido en el pequeño break entre clases y nos pusimos a trabajar motivadas para que me pudiera ir temprano a mi cita contigo, lo que hizo aún más bonito el asunto, fue que me esperaste, pues tú no tenías clase. Se me hizo demasiado lindo y el hecho de que fueras así conmigo, aun después de ya 4 meses de conocernos, me daba esperanzas sobre el hecho de que ya era cuestión de tiempo a que me pidieras salir contigo, perdiendo mi propia batalla ante mi determinación de hacía unos meses de no querer entregarme al amor nuevamente

Te despediste de tus amigos quienes te acompañaron durante la espera a que finalizara mi clase y salimos de la escuela, caminamos poco tiempo antes de que tomaras mi mano haciéndome sentir renovados escalofríos por mi columna vertebral haciéndome sentir recargada de energía, riéndonos y compartiendo pequeños momentos durante el trayecto sobre el día y lo nervioso que estabas porque llegara ese momento. 

Al llegar, entramos directo hasta la recámara y dejamos nuestras cosas, tu miraste nervioso sin saber muy bien que hacer y yo me recosté deseando un pequeño suspiro antes de ir a comer y  ver la película, pero terminaste cediendo recostando a mi lado, de lado, mirándome a los ojos, por lo que me giré y sonreí, haciéndote sonreír de vuelta

Una pequeña y ridícula imagen se formó en mi mente haciéndome imaginar como sería despertar a tu lado y sonriente (que ridícula) 

- ¿En qué piensas? - te pregunté intentando despejar mi mente del rumbo que había tomado momentos antes. 

Recuerdos de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora