Las mejores historias se escriben en la piel, es cierto, por eso cuando las recuerdas te tiembla el alma, o al menos a mí me pasa así.
Todas las historias nacen de algo y está nace de recuerdos; he omitido detalles a cerca de nosotros porque es imp...
Habían pasado ya varias semanas desde que todo comenzó y el interés fue creciendo aún más por parte de los dos. Se acercaban los finales de este cuatrimestre y cada uno estábamos estudiando nuestras respectivas materias, afortunadamente programación era uno de nuestros últimos exámenes. Sin embargo, eso no impidió que siguiéramos platicando y echándonos porras, desde que empezaba el día hasta que terminaba durante toda esa semana.
Aún recuerdo aquel día miércoles en la tarde, yo estaba terminando un proyecto bimestral sobre los controladores que se utilizan para darle movimiento a los modelados en 3D que había sido tan frustrante, por el hecho de que el trabajo aún guardándolo en repetidas ocasiones y de distintas formas, se perdía cuando cerraba el programa, y debía entregarlo ese día antes de las 11 de la noche.
Me apoyaste muchísimo, realmente me sentía derrotada, estaba demasiado impotente, esperando que el profesor me contestara por medio de la plataforma y al mismo tiempo me desahogaba contigo, y me recordabas que te había apoyado días atrás con tu examen de la materia en la que necesitabas sacar una calificación alta.
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Al enviarlo finalmente, te comenté que aún no había estudiado nada y que tendría que levantarme temprano para estudiar; así que sugeriste que nos viéramos en la escuela y estudiáramos juntos.
Así que el día empezó super agitado, pues no quería llegar tarde. Así que llegué al colegio a las 9 de la mañana y nos encontramos en Plaza Cívica. Me dijiste que me veías cansada pero que sabias que me iba a ir bien, te agradecí por el apoyo y caminamos hacia la Biblioteca y al llegar pedimos una computadora.
Como solo había una silla, nos sentamos brazo con brazo y abrimos la plataforma, descargamos el manual y comenzamos a leer. Había cosas que reconocíamos de la clase e incluso ejemplos sobre como teníamos que realizar las cosas, también nos burlamos un poco de la redacción que había y la mala ortografía que realmente invadía todo el documento.
Una hora antes de empezar el exámen, terminamos de estudiar un poco más seguros sobre lo que acabábamos de leer y las dudas que probablemente habíamos tenido ya se habían esfumado, pues sentía que ambos nos habíamos relajado y confiábamos en que estábamos preparados. Así que decidimos ir a caminar por el campus.
Paseamos por las canchas, por salud y nos detuvimos frente al salón de los espejos, donde recargados en el brandal, platicamos a cerca de nuestras ultimas relaciones amorosas (primer gran error) me contaste sobre la chica que había jugado contigo y yo te conté sobre Alejandro y la razón por la cual casi no iba a Salud (algo de lo que hoy en día, me arrepiento) y me abrazaste diciendo que eso ya había pasado, que no había razón por la cual sentirse mal y de pronto nos encontramos caminando hacia el salón para presentar el examen.
Al llegar encontramos a Ricky, lo saludamos y a su vez nos preguntó si ya estábamos listos, entonces comenzaron a llamarnos por lista, me giré para desearles suerte y entré. Nos acomodaban en el salón de forma que no pudiéramos quedar con gente conocida a quién "pudiéramos pasarle las respuestas" y curioso, quedaste cerca de mi, te sonreí y me sonreíste de vuelta.
