«Cumpleaños ¿feliz?»

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Una deliciosa comida, un postre todavía más sabroso y una gran rebanada de pastel fueron los causantes de que Peter tuviera un ligero dolor de estómago, del cual se olvidó por completo al ver el hermoso auto frente a sus ojos, color platino y con los últimos avances en tecnología que ni si quiera imaginaría. Sus padres en verdad se habían lucido esta vez. Se sentó en el lugar del piloto, tocando y acariciando la suavidad de este, pasó sus manos al volante recorriéndolo por completo, se observó en el espejo y fingió conducir como si fuera un niño pequeño, bajo la enternecida mirada de sus padres y la seriedad constante de su novio.

Luego volvió a la sala de estar, junto a los otros tres, la pareja mayor le hizo entrega de un par de pequeños regalos más personales, dentro de unas cajitas de madera, que se abstuvo de abrir frente a todos los presentes.

Para la tarde-noche, ya estaba de vuelta en el apartamento junto a Wade.

El rubio tenía cara de pocos amigos desde que Tony le había entregado las llaves del auto a Peter. Lo cual empeoró cuando el encargado de la recepción del edificio les entregó un par de paquetes; regalos para Peter, de Harry y Pietro. El castaño recibió ambas cajas y junto a Wade tomaron el ascensor para ir hasta su piso.

Una vez entraron a su apartamento y se despojaron de los abrigos, el joven dejó los regalos sobre un mueble y se acercó a él.

—Wade, ¿qué pasa cielo? — preguntó abrazándolo por la espalda.

—Tus padres, eso es lo que pasa.

—¿Ahora por qué? Creí que habíamos estado bien en la comida.

—¡Todo iba bien hasta que te dieron tu estúpido regalo de cumpleaños! — se dio media vuelta para encararlo.

Peter retrocedió un paso.

—¡No quiero que uses ese auto! ¿Me entendiste?

—P-pero... ¿por qué?

—Porque si yo no te puedo dar un lujo así, entonces no puedes aceptar que nadie más lo haga.

—Son mis padres...

—¡Me importa una mierda quienes son! ¡Tú hombre soy yo y tú haces lo que yo digo! ¿Oíste?

—Wade...

—¡Cállate! Deja de replicarme. No vas a usar ese auto y punto, tú sólo vas a ir a donde yo te lleve en MI auto, ¿de acuerdo?

—Pero así yo podría ir a la Universidad o a cualquier lugar al que tuviera que ir, sin que tuvieras que llevarme, así te ahorrarías mucho tiempo.

Se sentía muy molesto, era muy injusto que Wade le prohibiera usar el regalo que sus padres le habían dado, estaba tan emocionado por tener su propio auto e ir a todas partes libremente hace unos momentos, que el hecho de que Wade quisiera frenar esos planes lo molestaba.

—No, no, no. ¿Me ves la cara de imbécil? — se acercó hasta él y lo empujó haciéndolo caer al sillón. —Tú lo que quieres, es andar por ahí paseando con el auto que te dio tu papi para atraer a los imbéciles ¿verdad?

—No— respondió al tiempo que se incorporaba.

—¿Entonces? ¿Por qué no quieres que yo continúe llevándote y trayéndote? ¿Te da vergüenza lo que te ofrezco? ¿Te da vergüenza que mi auto no sea tan fino y caro como el que te compró tu papi? ¡¿Es eso verdad!?

—No Wade...— Peter intentó tomarlo de los hombros pero Wade lo apartó con brusquedad.

—Bien sabes que yo no tengo el nivel de vida que ellos tienen ¡Sabes que no tengo ni una cuarta parte del dinero que tu padre tiene! Y aun así tú te viniste conmigo.

«Hurts Like Hell» → Spideypool AU♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora