«Parque de diversiones»

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—Peter Benjamin Rogers Stark ¿quieres casarte conmigo? — preguntó Wade con voz y manos temblorosas, al tiempo que sus palabras atraían la atención de varios comensales.

La voz de Peter desapareció en ese instante casi como por arte de magia, su corazón latía tan fuerte que sentía que todos los presentes podían escucharlo, sus manos sudaban, sus pies temblaban y podía jurar nunca antes haber estado tan nervioso, asustado y feliz al mismo tiempo.

Era una total locura, así podía definirse a sí mismo en ese momento. Su pecho estaba hecho un enorme cúmulo de emociones agolpadas que luchaban por controlarse y su mente se había convertido en un revoltijo de pensamientos que intentaban inútilmente encontrar el sentido a todo lo que estaba pasando en ese instante.

Con sus ojos expectantes y su boca semi-abierta, miraba al rubio fijamente.

Es que en verdad no terminaba de creerlo...

Matrimonio...

La palabra tenía un enorme peso para ambos.

¿De verdad quería pasar el resto de su vida junto al hombre que estaba frente a él? ¿De verdad podrían sobrellevarlo?

En realidad, a estas alturas Peter no lo estaba pensando, su mente se había puesto en blanco y la razón lo había abandonado desde hacía varios minutos atrás. En cambio, su corazón y estómago se oprimían con fuerza y su amor por Wade seguía ahí; fuerte y latente como el primer día, lastimado y remendado por el mismo rubio, tímido y seguro como sólo ese tipo de amor se atrevería a ser.

Wade quería casarse con él... ¡Wade de verdad lo amaba lo suficiente como para casarse con él! Y Peter lo sabía, porque el mayor siempre se encargó de decírselo; nunca nadie lo iba a amar como él lo hacía. Y Peter estaba muy consciente de que tampoco podría amar nunca de la misma forma que lo amaba a él.

Aquello indudablemente lo cambiaba todo... Era la oportunidad definitiva, la última salida, era la puerta que ambos necesitaban... ya fuera para salir de la mísera relación que llevaban y entrar en una nueva totalmente distinta y mejor, o para atarse por siempre al maltrato y la violencia en una relación todavía más enferma.
Sólo había dos opciones si decidían casarse; comenzar de 0 y volver a construir su amor, sin manchas, daños, golpes o llanto, cuidándolo día a día, cual pequeña planta que necesita ser regada con cariño y constancia. O terminar de desmoronar lo que ya tenían y que claramente se estaba derrumbando poco a poco dentro de ambos.

Claro que también estaba la otra opción, una tercera y mucho más sensata; el hecho de decir "no", a aquella propuesta. Pero obviamente, eso no cruzó por la cabeza del chico. Ni si quiera lo consideró.

Para Wade, el matrimonio significaba la certeza de que Peter estaría siempre a su lado, y que a pesar de todo nada ni nadie podría separarlos.

En cambio, unirse en matrimonio le daba a Peter la confianza de que Wade cambiaría por fin, que la dura etapa de dolor se iría y que todo aquello terminaría, para comenzar una nueva y mejor vida.

—Sí— respondió por fin, en voz baja pero entusiasta, dejando escapar un muy largo suspiro como si hubiese estado conteniendo una gran bocanada de aire por un largo tiempo. Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro y ofreció su mano al frente para que el rubio pudiera tomarla y colocar la sortija.

Wilson sonrió mostrando todos sus dientes y colocó el anillo en el dedo anular del más chico. Luego se levantó y haló despacio a Peter de la mano para ponerlo de pie también, lo rodeó fuertemente entre sus brazos y escondió su rostro entre el hombro y el cuello del muchacho.

«Hurts Like Hell» → Spideypool AU♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora