«Lágrimas de un ángel»

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Cerca de tres horas después, despertó tirado en el suelo de lo que parecía ser la parte de atrás del antro, había un gran basurero y las paredes estaban rayadas; el olor lo dejó lo asqueado.

Se sentía horriblemente sucio, asqueroso, utilizado, como si fuera cualquier cosa, como si no valiera nada y pudieran desecharlo en la basura cuando se les diera en gana, como la misma mierda, así era como se sentía.

Con un aspecto terrible, el cabello despeinado, la ropa arrugada y el cuerpo magullado, se levantó con sumo esfuerzo y sintió como la cabeza le daba mil vueltas y sus piernas querían doblarse, pero se mantuvo fuerte a pesar de que su cuerpo reaccionaba lentamente. Luego de unos minutos caminó con pasos temblorosos y titubeantes hasta entrar de nuevo al lugar, notando que las personas que quedaban ya eran muy pocas, y así con la mirada borrosa buscó a sus amigos, deseando con todo su corazón que siguieran ahí.

Estaba asustado, casi aterrado, y se sentía tan frágil e indefenso como cuando era un niño pequeño.

Tardó unos minutos en hallar a Pietro sentado mientras charlaba animadamente con una chica.

—P-pietro— pronunció apenas, sintiendo unas horribles nauseas.

—¡Pete! Amigo ¿dónde te metiste? Luces fatal. Ven aquí, siéntate— lo invitó a tomar asiento a un lado de la chica.

—N-no yo... yo ya, ya m-me quiero ir— respondió sujetándose de una de las mesas.

—Pete, si apenas comenzamos.

Peter negó con la cabeza, quería decirle que se fueran ya, que necesitaba irse, pero ni si quiera era capaz de que las palabras fueran más allá de sus labios.

—¡Chicos! ¡Aquí están! Estaba como loco buscándolos— llegó Harry con una sonrisa y una bebida en su mano.

Un brillo se encendió en la mirada de Peter, y como pudo se aferró a su mejor amigo —Harry, y-ya vámonos.

—Pete ¿te sientes mal? — el rostro del chico Osborn cambió al momento de mirar a su amigo.

Peter asintió.

—De acuerdo— dejó su bebida en la mesa y sujetó a Peter —Pietro, hora de irnos.

Resoplando, el chico de cabellos claros se levantó y también ayudó a Peter a salir del lugar.

Afuera, Peter se apartó de ellos para ir al césped y vomitar.

Pietro negó con la cabeza —Pues ¿qué tanto tomó?

Harry se encogió de hombros —Ven, vamos por él.

Juntos lo recostaron en la parte trasera del auto de Harry. Luego partieron rumbo al apartamento del cumpleañero.

—Pete... ¿no quieres ir a mi casa? — preguntó Harry.

El chico negó con la cabeza.

—¿Seguro que quieres ir a tu apartamento? — insistió.

Peter asintió.

Harry resopló —Bien.

Tuvieron suerte de no haber chocado o algo mucho peor. Sabían que estaban siendo demasiado irresponsables al conducir bajo los efectos del alcohol, pero eran jóvenes después de todo. Jóvenes a quienes protegían y reprimían demasiado.

Al cabo de un rato llegaron al apartamento de Peter. Juntos lo bajaron y fue Harry quien lo llevó hasta su piso.

De nuevo, ahí estaba el rubio, esperándolo.

«Hurts Like Hell» → Spideypool AU♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora