«Un viejo amigo»

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Los días transcurrían con normalidad, o lo que se podía llamar "normal" en la vida de Peter.

Iba a la Universidad, intentaba enfocar su mente en las palabras de los profesores, los libros de texto o los monitores, para poder mantener las excelentes calificaciones que tenía cuando vivía con sus padres y que de pronto decaían cuando las cosas no iban bien en casa con Wade.

No había vuelto a hablar con sus padres desde que Wade lo encontró aquel día en el teléfono, había perdido comunicación con ellos y de vez en cuando o la mayor parte del tiempo los extrañaba y se sentía impotente al no poder llamarles, aún cuando el teléfono estuviese en su mano, odiaba el hecho de no atreverse.

Se esforzaba al máximo por ignorar a Harry, aunque éste lo buscaba, le llamaba, lo mensajeaba e intentaba encararlo todo el tiempo en la Universidad. Sabía que su amigo estaba dolido y enfadado, él mismo también lo estaba por no poder cambiar las cosas... porque no podía hacer nada para que fueran diferentes y así evitarle esa sensación a ambos.

En casa se ocupaba de mantener las cosas en orden, hacía lo que Wade le decía, obedecía siempre y trataba de no replicar absolutamente nada para que su novio no se alterara. Cada que Wade quería hacerlo, lo hacían sin que Peter pusiera resistencia; cada que Wade se enfadaba, Peter callaba y se mantenía quieto; las veces que Wade llegaba a darle alguna bofetada, Peter se contenía para no llorar y hacerlo enfadar más; cuando Wade lloraba por las noches suplicando su perdón, él lo perdonaba sin pensárselo, lo abrazaba, consolaba y tranquilizaba.

Entonces el rubio volvía a ser su príncipe azul, que lo amaba, cuidaba y respetaba.

Días después comenzó a tener pequeños ataques de ansiedad, que se originaban cuando creía que Wade iba a molestarse con él por alguna razón.

Todo parecía ir bien, las cosas parecían estar "calmadas". Pero en realidad estaba tan mal, el pecho del castaño se apretaba cada vez con más fuerza, la sensación de querer arrancárselo crecía a cada minuto, sentía un enorme peso sobre su espalda que lo asfixiaba, lagrimas contenidas que lo ahogaban, le dolía, le dolía todo, el cuerpo y el alma, el corazón y la mente, le dolía la situación y el hecho de no poder cambiarla, o no querer hacerlo.

Dolía como el infierno.

La vida que estaba llevando a su lado no podía llamarse vida. Pero era la única que él quería.

Cuando menos se dio cuenta comenzó a distanciarse de sus amigos, no sólo de Harry, sino también de Mary Jane, Gwen o cualquier otro que hubiese llegado a tener. El hecho de no haber ido al baile para la recaudación de fondos a pesar de la insistencia de todos estos chicos, lo dejó ver como una persona antipática a los ojos de sus amigos.

Pero él no necesitaba amigos ¿verdad? O al menos esas eran las palabras de Wade, no necesitaba ni a sus padres ni a nadie que no fuera él.

Tal vez tenía razón ¿cierto?

Todo lo que Peter necesitaba era a Wade.

Todo lo que Peter quería era a Wade.

Wade era su todo.

Y sabía que eso no estaba bien.

[...]

—Iré a buscar el pan, tú quédate aquí y escoge algún cereal porque ya se terminó el otro.

Peter asintió sosteniendo con sus manos el carrito del súper mercado que Wade le acababa de entregar para perderse por el pasillo en busca del pan que a ambos tanto les gustaba.

Recordó la primera vez que fueron de compras juntos y se percataron de que su pan favorito era el mismo, una razón más para enamorarse el uno del otro.

«Hurts Like Hell» → Spideypool AU♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora