Capítulo 5

133 7 2
                                    

- ¿Qué pone? ¿Qué pone? – Eleanor me quita el móvil de las manos.

- ¡No! ¡Trae! – consigo cogérselo antes de que pueda leerlo. No es nada especial, pero ya pensó una vez que éramos pareja y solo íbamos juntos en el autobús, a saber lo que pensaría ahora.

Diana y Mary están a lo suyo, y no se han enterado de nada. Eleanor no para de cuchichearme cosas que no soy capaz de entender. La mando callar y me meto en la conversación, no quiero que me pregunte acerca de esto. Ni yo sé de qué va.

Cuando salimos del comedor, son las cuatro. O comemos mucho, o hablamos demasiado. O las dos cosas. No sé.

- Cambio de planes – dice Diana – voy a estar con Liam.

- No te voy a echar de menos – Ellie bromea, o eso creo.

- Ni yo a ti – le contesta Diana, y luego se abrazan riendo.

- Que folles a gusto – dios Eleanor, qué sútil.

- Lo haré – Diana no se queda corta, no.

Después de eso ella se aleja por el camino hacia las cabañas, y nosotros nos quedamos quietas un segundo. ¿Ahora qué? Yo debería ir a averiguar que trama Niall, pero no sé cómo decirlo.

- Hace tarde de piscina. ¿Qué os parece? – Mary rompe el silencio.

- La verdad es que sí. Lo mismo están Daniel y su amigo – Eleanor, cómo no.

- Oh, Dani.

- Yo tengo que irme. Tengo que… irme. ¿Luego voy allí? No tardaré mucho – suelto.

- Bella tiene un lío – Mary ya piensa eso y no sabe nada, imagino cómo se habría puesto. Ni si quiera se puede decir que es una cita.  

- No es un lío. Tengo que hablar con… con… con James, el de la clase de esta mañana.

- Ya, claro.

- Que sí – Yo no sé mentir.

- Vale, vale. Mary, ¿tú también me abandonas? – Eleanor está decepcionada. ¿O no?

- Yo no, yo te soy fiel, mi amor – empiezo a reír por el tono que utiliza.

- Va a ser un momento, luego voy – digo, no muy convencida de ello.

- No importa tonta. Adiós.

Voy en dirección contraria a Diana. Tardo como cinco minutos en llegar. Ahí está Niall, apoyado sobre un árbol.

- ¿Treinta niños? – digo, cuando estoy cerca de él. Me mira, sonriendo.

- Creí que pensarías que estoy loco y pasarías de mí.

- Me lo he planteado – miento.

- Imposible negarse a pasar una tarde conmigo, ¿no?

- Ajá – la mayor parte del tiempo que estoy con él lo paso riendo, siempre - ¿Treinta niños? – vuelvo a preguntar.

- O más – me pasa un papel – mi tío me ha dejado eso encima de mi cama.

- Olvídate de tener la tarde libre. Te necesitan en el sector A, prepara juegos o algo, te tienes que quedar con los chavales. Como no te presentes te corto los huevos – leo en voz alta.

- Ven conmigo. Tengo miedo – me aguanto la risa, esto ya es excesivo.

- Vamos, no puede ser tan malo. ¿Dónde hay que ir?

- Al otro lado del lago.

-  …¿En barca? – pregunto, haciéndolo reír.

- No, hay que rodearlo – al oír eso suelto un bufido – Venga - Agarra mi brazo y empezamos a andar.

Our songDonde viven las historias. Descúbrelo ahora