Harry
- Otra vez – susurro. Mi voz es ronca, mi garganta está seca.
Canta como un ángel. Ella lleva la música en su sangre, y es algo natural en ella. Es increíble ver cómo se avergüenza de algo como comer delante de la gente, y de repente, un día, se sienta a tu lado y comienza a cantar. Sin conocerte de nada, y sin miedo a ser juzgada.
Nunca le he dicho que adoro su voz.
Aunque, pensándolo bien, hay muchas otras cosas que nunca le he dicho. Y debería hacerlo.
- Me has escuchado – dice Bella, con una gran sonrisa – Esta vez sí. Lo sé. Su poco habitual expresión de vanidad me hace reír.
- Sí. Y me ha dejado con ganas de más – confieso, sabiendo que mis palabras harán crecer esa sonrisa que estoy viendo ahora mismo.
Un par de minutos después, hace una pregunta que hace girar por completo nuestra conversación.
- ¿Qué estabas haciendo por aquí?
- Em… Venía a... por un par de botellas de coca-cola… para… venía con Louis – frunzo el ceño al recordar cómo se ha ido – Llevamos toda la tarde jugando al fútbol.
- ¡Odias el fútbol!
- Lo sé – río.
- Bueno… ¿dónde está la coca-cola? ¿Y Louis?
- No tengo ni idea de dónde se ha metido Louis – una idea cruza mi mente - ¿Vienes a tomar una coca-cola?
- Estaría bien.
Tras el asentimiento de Bella, la ayudo a recoger las partituras, y meto la guitarra en el estuche. Antes de que ella pueda decir nada, yo ya estoy andando con el estuche en la mano. Ella no va a cargar con él.
- No he visto a los demás en todo el día – comenta, caminando a mi lado.
- Qué día tan maravilloso habrás pasado – bromeo. Bella golpea mi brazo.
- En el fondo los quieres – afirma, melosa.
- No es necesario llegar hasta el fondo – continúo con la metáfora – claro que los quiero.
- Me dais envidia – susurra – no todas las amistades son tan fuertes como para superar nueve meses de… mínimo contacto, año tras año.
- Bueno, ese contacto no es tan mínimo – recuerdo las cartas con Eleanor, las conversaciones telefónicas con Louis.
- Igualmente, yo sé a qué me refiero. Yo no tengo grandes amistades.
Que esas palabras salgan del interior de Bella hacen que la saliva obstruya mi garganta, y me atragante. Tras una pequeña tos, hablo:
- Tal vez lo que ocurre es que no eres consciente de ellas.
No vuelve a hablar tras eso. Su ceño está fruncido, como si reflexionara acerca de ello. Eso me hace sonreír.
Nuestros pies nos llevan hasta lo de Kelly, a pesar de que está a diez minutos a pie. Ignoramos las nubes que cubren el cielo y decidimos que es un buen momento para sentarse en los merenderos de fuera.
- ¿Qué te pido? – pregunto.
- Un helado de nata con galleta y chocolate blanco, por favor. ¡Con trocitos de fresa! – añade, antes de que entre al interior del establecimiento.
Dentro, el ambiente es tranquilo. Me acerco a la barra, donde de repente aparece Niall.
- Hey – saluda, con una sonrisa.

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Our song
FanfictionMi piel se eriza cada vez que recuerdo esto. Cada vez que recuerdo aquel lugar, mis amigos, aquellas noches, lo que reí, lo que lloré… cada vez que lo recuerdo a él. Pensé que sería un verano perfecto, pero sin duda fue más que eso. A veces, a mi me...