La claridad de la habitación hace que acabe despertando, y lucho conmigo misma por abrir los ojos. No quiero. Alguna parte de mi cabeza espera ese lío de pensamientos y sensaciones que tanto odio, pero ese lío no llega. Sacudo mi cabeza y… tengo que ir al baño.
Todo lo que me apetece ahora mismo es una ducha, con agua calentita.
Olvido que el calentador tarda unos minutos en empezar a funcionar, y al sentir el agua fría chillo. No puedo evitar encogerme, esperando no haber despertado a nadie. Lavo mi pelo, está pegajoso. Segura de que ha pasado ya más de media hora decido que es hora de salir. Me envuelvo una toalla y vuelvo a mi habitación.
- ¡Buenos días, Bella! – Eleanor está sentada en mi cama, sonriendo. Como siempre. Debió llegar mientras me duchaba.
- Buenos días – mi tono suena alegre, y yo misma me sorprendo. No tengo un gran despertar.
- Adivina lo que traigo…
- Hmm… - mi vista está fija en el armario, y escondiéndome tras las puertas consigo ponerme mi ropa interior.
- ¡Tu desayuno! – oír eso me hace pensar en algo en lo que no había pensado hasta ahora.
- ¿Qué hora es?
- Bueno… son las cuatro…
- Dios mío – Eleanor ríe.
Entonces reparo en la bandeja que tiene a su lado. Menudo desayuno. Me ha traído una hamburguesa.
- ¿Hamburguesa? – pregunto, mientras me siento en la cama, a su lado.
- Bueno… como no sabía cuando ibas a levantarte… una hamburguesa apetece a todas horas, ¿no?
- Sí.
El “gracias” se transforma en un beso en su mejilla.
- ¿Y las demás?
Cuando me pregunta qué tal estuvo la fiesta de anoche, le digo que lo pasé bien, sin más. No creo que quiera escucharme.
“¿Pero qué excusa es esa?” me regaño a mí misma. Desde que llegué Eleanor ha sido como mi tierra firme. Siempre quiere escucharme, y siempre me busca. Nuestra extraña amistad accidente – aburrimiento empieza a ser algo más que solo eso, un accidente.
Una parte de mí sabe que en realidad mis amistades aquí no son tan grandes como pienso, pero por primera vez, por primera vez en mucho tiempo, siento que son amigos. Yo llegué aquí, y ellos no sabían nada de mí, y querían conocerme. Y yo quería conocerles. Y esa sensación es de las mejores que conozco.
- Tu móvil está sonando, Bella.
La pantalla de mi móvil se ilumina y veo Casa.
- Mis padres.
- Vale, voy abajo.
- Está bien.
Descolgar el teléfono es todo un reto. Pensar en la de preguntas que oiré hace que quiera salir corriendo.
- ¡Hola!
La conversación con mi familia no es muy original, qué tal la comida, la cabaña, y mi día a día. Especialmente noto en mi madre un tono cargado de alegría. Recuero que estaba muy preocupada. “Recuerdo” vaya, Eleanor tiene razón. Ahora mi casa, todo lo que había antes de venir aquí es lejano.
Cuando miro de nuevo la pantalla veo que son las seis.
Hoy es… ¿miércoles? Sí.
Desde el pasillo de arriba se oyen carcajadas. Vienen del salón de abajo. La risa de María, Diana, y Liam. Ah, y Louis. Pisadas en la escalera.

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Our song
FanfictionMi piel se eriza cada vez que recuerdo esto. Cada vez que recuerdo aquel lugar, mis amigos, aquellas noches, lo que reí, lo que lloré… cada vez que lo recuerdo a él. Pensé que sería un verano perfecto, pero sin duda fue más que eso. A veces, a mi me...