Our song

Capítulo 9

-  ¡Arg!

Esta noche está siendo la peor, la peor que he tenido en mucho tiempo.

Primero Niall me deja plantada por esa chica, luego yo bebiendo, y Zayn. Y después la caída, en todos los sentidos.

Son las cinco y media de la mañana. Llevo media hora dando vueltas en la cama. Y no consigo dormirme. Siento un calor sofocante, y mis manos sudan. Las sábanas se me enredan en las piernas. Salgo fuera de la cama y me siento sobre ella. Suspiro. Me conozco, y solo tengo que tranquilizarme. Estoy agobiada por todo y a la vez por nada. Así soy yo.

“De cualquier cosa hago un mundo, casi siempre uno realmente malo”

Convencida de que si me acuesto de nuevo esta sensación empeorará, busco en el armario mi bata y bajo al salón. Siento unas irrefrenables ganas de salir fuera, a mi hamaca, que no contengo.

La música se oye a lo lejos, y todo parece mentira. Estoy segura de que la gente sigue riendo, bebiendo y bailando, como si no hubiera pasado nada. Bueno, a ellos no les ha pasado nada.

En algún momento, en este momento, escucho algo cercano. Algo. Alguien. Sí, alguien canta. Su voz es grave, ronca. Cierro los ojos, y por unos instantes esa canción es todo lo que hay en mi mente. Hasta que se detiene. No, no, no. Desplazo mi vista por todo el lugar, y veo de dónde viene esa voz. Le veo a él.

Harry está recostado sobre la hamaca, mirando un papel. Lo mira, y lo suelta. Ahora está escribiendo. ¿Qué hace?

Harry es… Harry es Harry. Él siempre está tranquilo. De alguna forma consigue que yo esté tranquila, relajada, siempre que está cerca. No sé cómo lo hace. Veo cómo revuelve su pelo, y ese ceño fruncido, y sé que está concentrado en algo.

- ¿Bella?

Venir hasta aquí no estaba entre mis planes, pero tampoco creo que pudiera haberme subido a la habitación como si nada.

- Hola.

- Pensé que habías ido a… ya sabes. – ahora su voz es suave.

- Sí, bueno, he ido… pero he vuelto… y… y no puedo dormir – ni siquiera sé por qué digo eso. Sin esperar que conteste, me siento en la hamaca libre. De nuevo él se hecha hacia atrás.

- Yo tampoco.

- ¿Qué haces? – al oír esas palabras sus labios se curvan.

- Nada.

- ¿Nada? – mi tono de voz suena desafiante mientras alargo mi brazo para coger un par de folios de la mesa. Están por todas partes.

- No, no es nada.

- ¿Taken?

- Em… no, bueno sí, pero aún no sé si… - su expresión ha cambiado. Parece nervioso, o algo así.

Y luego silencio. Leo cada palabra, cada frase que hay escrita en el papel.

Hay tachones por todos lados. Notas que parecen indescifrables, empiezan a tener sentido. Es una canción. Una canción de Harry.

Sonrío.

- ¿Y bien? – pregunta finalmente.

- Es… es tuya.

- Sí.

- Es… me encanta.

- Gracias.

No me había dado cuenta de que estamos susurrando.

- No sabía que… - no puedo acabar ni una frase. ¿Por qué?

- Soy una caja de sorpresas – al oír eso una risa algo tímida escapa de mi boca, una risa que contagia a Harry.

- ¿Puedo ver más?

Toda nuestra conversación gira en torno a esas canciones. Algunas son muy buenas. Su forma de escribir, su forma de expresarse… esto es algo que no conocía de él. Cuando Harry habla de música se transforma. Le gusta. Le encanta.

- ¿Opinión?

- Sí.

- Creo que esto quedaría mejor al final. Ya sabes, y eso aquí. Creo que suena mejor – Harry me escucha, y empieza a tararear. Lo siguiente que hace es coger el lápiz y escribir. Escribe lo que le he dicho – Así mejor.

Un bostezo mío me alerta. ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?

- ¿Qué hora es?

- Em… las siete menos cuarto.

-  ¡¿De la mañana?! – literalmente salto de la silla. Mi reacción le hace reír.

- Sí – miro a mi alrededor, y veo que está amaneciendo.

- Yo…. Será mejor que vaya a dormir.

- Buenas noches – dice, con una gran sonrisa.

En este momento no sé muy bien qué hacer, así que empiezo a caminar.

Cuando llego a la puerta y miro hacia atrás, veo que Harry está de pie, recogiendo todo el lío de papeles que hemos formado. Mira hacia mí, y me doy cuenta de las ganas que tengo de darle un abrazo.