Capítulo 5

2.3K 201 74
                                    


El avión empezó a descender y mis oídos pitaron.

-Toma.-Dijo mi madre dándome un chicle.- Si masticas fuerte se te pasará.-Cuando lo cogí, ella también estaba masticando uno.

Al aterrizar, todavía seguía escuchando el pitido, pero con menos frecuencia. Nos levantamos con nuestro equipaje de mano y fuimos directos a las escaleras, en la pista, un coche nos esperaba con el mismo logo dorado que estaba en el lomo del avión, obviamente me di cuenta de que ambos vehículos eran de su propiedad. Antes de subir, escupí el chicle al suelo.

-¿A dónde vamos ahora?-Pregunté cuando el coche arrancó después de que guardasen todas las maletas en diferentes vehículos.

-A casa, pero iremos a un restaurante.-Contestó Seung.

-¿Otra vez?

-No, __.-Dijo mi madre.- Iremos Seungwoo y yo.

-¿Y yo qué haré?

-Tranquila, está todo controlado, no te preocupes.-Respondió Seung de nuevo.

-Está bien.-Dejé caer mi cabeza en el respaldo y miré por la ventana.

Pude ver en las diferentes calles de Seúl un montón de personas cada cual más idéntica a la anterior, no era por ser racista pero, ¿cómo conseguían diferenciarse entre ellos? Bueno, realmente la pregunta era que cómo conseguiría yo diferenciarles.

Todos tenían los mismos rasgos. Cuerpo delgado, ojos finos, nariz pequeña, labios gruesos y pelo moreno, y si no lo era, estaba claro que era teñido. Algunos llevaban cubre bocas, tuve entendido que era por el nivel de contaminación en las ciudades, o eso fue de lo que me enteré en las noticias.

Nos empezamos a distanciar de la ciudad y fuimos por una carretera propia, miré hacia la luna del coche. Vi como el camino era demasiado largo, esperé mirando hasta que lo vi.

Frente a mí, divisé una enorme fuente delante de una gigantesca mansión. Me sentí realmente pequeña al ver el tamaño de cada parte de la casa, ¿cómo la gente podía vivir en casas tan grandes? Yo que antes vivía en un piso de 60m2, ¡me sentiría como una jodida hormiga!

Un par de minutos más tarde, estábamos bajando del coche. Cogimos todo nuestro equipaje y pasamos la gran puerta transparente.

-¿No es una casa muy grande?-Mierda, lo dije en voz alta. Ambos se rieron de mí.

Al abrir la puerta, un olor a jazmín entró por mis fosas nasales. En la entrada, había un montón de decoraciones pero a simple vista se podía ver que el color blanco reinaba en la casa.

-Bienvenido a casa señor Seungwoo.-Dijeron los sirvientes. Al verlos en formación, me recordaron a un grupo militar.

-Buenas tardes. Antes que nada.-Cogió de la mano a mi madre y me ofreció la suya, la acepté y me coloqué a su lado.- Melissa y __, las nuevas señoras de la casa.

Hicieron una reverencia al acabar de escuchar las palabras Seung, él y mi madre hicieron lo mismo, tuve que seguirles el juego de forma bastante patosa, las presentaciones no son lo mío.

-Pues bien. Como ya saben, me voy con Melissa, les dejo a __ a su cargo. Espero no recibir ninguna queja.-Dijo Seung antes de dirigirse a la puerta junto a mi madre.

-Tranquilo señor, haremos todo lo posible para que la señorita __ esté lo más cómoda posible.-Dijo una chica antes de él irse.

Me despedí con la mirada de ellos hasta que la puerta se cerró, giré la cabeza y de repente unos cuantos se fueron por diferentes caminos hasta que se quedó la mujer con la que estábamos hablando hacia segundos, supuse que era como la "reina abeja" de la colmena de sirvientes.

sentimientos quiméricos » BTS (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora