Capítulo 39

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Nunca pensé que mi madre pudiese llegar a ser tan cabrona.


Nada más llegar los camiones de la mudanza, tiró la mayoría de las cosas con la excusa de "esa vida ya no existe para mí". Por suerte, conseguí guardar algunas de mis cosas y colocarlas en un sitio fuera del alcance de todo el mundo; mi habitación.

Mi habitación... Era el único rincón del mundo donde me sentía como en casa. Ver objetos de mi vida "pasada" me recordaba a que, a pesar de estar en un lugar donde me sentía tan opacada, tenía la esperanza de volver a ser feliz.

La vuelta a la mansión fue un tanto... extraña.

Jungkook y Yewon estaban totalmente pegados como lapas, cosa que realmente apreciaba, ya que mi hermanastro estaba más pendiente de darle besitos a su chica que a matarme. De verdad que no entendía como una chica tan dulce y agradable como ella podía estar con un tío tan asqueroso.

Lo único bueno que pasó entre esos días es que mis padres habían desaparecido de lo ocupados que estaban preparando su luna de miel. Un año sin padres... eso era el paraíso.



15:32 pm. 18 de enero.

—Hijo... De verdad que siento no dejarte a cargo de la empresa. Cuando crezcas, lo entenderás—dijo Seungwoo al susodicho. Tuve que evitar reír al ver la risa de falso que puso.

—Tranquilo padre, comprendo totalmente tu decisión—el adulto le sonrió y acarició su cabeza revolviendo mechones de su cabello.

—Cielo, tenemos que irnos ya—dijo mi madre esperándole en la puerta.

El servicio doméstico estaba llevando todas sus maletas, las cuales no tenían pinta de llevar poca cosa.

—¡Cuántas cosas te vas a llevar!—exclamó con una sonrisa, girándose hacia ella—. No hacía falta tanto. Podremos comprar lo que queramos en la isla.

—¡Jo, qué envidia!—bufó Yewon agarrándose del brazo de su chico—. ¿Me prometes que me llevarás a una isla en nuestra luna de miel?—susurró con ojos de corderito.

—Contigo voy a dónde sea—respondió, y juntaron sus labios en un casto beso.

Mi madre y mi padrastro les miraron con ternura. Reaccioné igual, pero un ruido a mis espaldas me alarmó.

Una de las sirvientas se tropezó bajando las escaleras, la maleta que llevaba era demasiado pesada y bajó unos cuantos escalones, arañando un poco la cobertura de esta.

Por instinto, fui hasta ella y la ayudé a recomponerse.

—¿Estás bien?-le pregunté, pero obviamente no me contestó.

—¡Qué torpe sois!-mi madre se dio media vuelta—. Te espero en el coche.

—Está bien—contestó Seungwoo—. Jungkook, pórtate bien. Si vas a hacer alguna fiesta procura no meterte en líos. Yewon—la chica se sorprendió al ver que su suegro le llamaba la atención—. Cuídamelo, ¿sí? Tus cosas llegarán esta tarde.

La conversación para mí fue totalmente ajena ya que estaba más ocupada ayudando a la sirvienta con su tropiezo que escuchándole a ellos, pero la última frase captó mi atención.

—¿Sus cosas?—pregunté al despedirme de la chica que llevaba el equipaje a los coches.

—Sí—me contestó Jungkook, clavando con furia su mirada contra la mía—. Se viene a vivir con nosotros.

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2019 ⏰

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