Capítulo 3

2.5K 229 104
                                    


Había pasado una semana y Seungwoo, sí, me aprendí su nombre al fin, tenía que volver a su país.

Mi madre había estado bastante pesada durante todo ese tiempo con que nos lleváramos bien, al fin y al cabo, se convertiría en mi padrastro. Realmente era un buen tipo, en todo ese tiempo, aunque fuese poco, me había tratado bien y con educación, no era el típico madurito que se iba con las occidentales para verse mejor.

-¿Qué tal lo llevas?-Preguntó Seung nada más verme al despertarse, se había quedado en nuestra casa desde que nos presentamos.

-Bien.-Había empezado a aprender coreano con un profesor particular, daba gracias a que se me dieran bien los idiomas porque si no me sentiría como una aguja envuelta en papel de burbujas.

-¿No tienes ningún problema entonces?

-No, de momento no. Aunque sois demasiado especiales con el lenguaje formal y no formal...-Rio ante mi comentario.

-No es mi culpa.-También reí.- ¿Tienes todo preparado?-Asentí. Al día siguiente teníamos que estar preparados para irnos en avión, no me podía quejar ya que iríamos en el avión privado de Seung.

Pasé la mañana repasando los tiempos verbales, hasta que llegó la hora de comer. Seung se había empeñado en salir a comer a un restaurante para despedirnos de nuestro hogar.

No pensé que fuese una comida formal, así que me vestí con mis atuendos diarios. Una camisa negra que cubría mis brazos y dejaba al aire parte de mi espalda y mi vientre, unos vaqueros pitillos rasgados y botas negras militares, sin olvidar mis cadenas y anillos.

La gente me miraba raro por la calle por mi forma de vestir gótica o punk, bueno, siempre fui una rara en mi interior. Me gustaba todo aquello que llevase negro, realmente siempre vestí con ese color, nunca fui una de esas niñas pequeñas que llevaba ropa pastel y todo el pelo lleno de adornos coloridos.

Al acabar de vestirme, me maquillé mis labios con un poco de brillo negro, sombra oscura en los párpados y un poco de volumen para las pestañas. No me consideraba femenina, pero el maquillaje era uno de los cosméticos más importantes para mí.

Mi madre y mi futuro padrastro me esperaban en la puerta, nada más verme se exclamaron.

-¡Wow! __, realmente tienes buen gusto.-Dijo Seung al verme.

-Gracias.-Me encantaban los cumplidos, era demasiado orgullosa.

-Se nota que has sacado mi estilo.-Dijo mi madre acariciando un mechón de mi pelo azafrán.

-¿Nos podemos ir ya? Tengo un poco de hambre.-Estábamos todos parados en el recibidor y me empezaba a angustiar.

Fuimos en el coche de Seung hasta un restaurante en otra ciudad. Desde lejos, se podían ver las luces y decoraciones que había en la fachada. A simple vista destacaba que era un restaurante de lujo, me sentí un poco incómoda ya que nunca había estado en uno, sin embargo intenté comportarme lo más formal posible.

-¡Ostia puta!-Susurré al ver que una ensalada llegaba hasta 40$.- ¿Qué coño lleva la ensalada? ¿Maíz de oro?-Susurré a mi madre.

-__, por favor.-Dijo al ver mi vocabulario, no pude evitar exclamar de esa manera.

-Yo pediré pato en salsa de setas con pollo.-Dijo Seung devolviendo la carta al camarero.

-Yo igual.-Contestó mi madre haciendo el mismo gesto que él.

-Yo, em... ¿No servís hamburguesas?-Mi madre se llevó la mano a al frente y Seung se rio, al parecer, al camarero también le resultó gracioso.

sentimientos quiméricos » BTS (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora