Querido Rene:
Te debería de haber dicho feliz día de los abuelos el miércoles pasado. Debería de haber sido capaz de poder abrazarte y darte un beso grande en el cachete. Debería de haberte ido a buscarte a tu oficina para cenar y de haber podido oler la rosa que le regalaste a la Nenu. Esa rosa especial nunca falta, te hace presente, te hace justicia.
Si en este mundo todos fuéramos rosas vos serías la de oro, perfección llena de imperfecciones, perfección llena de humildad.
Así que si bien es tarde, un viernes a la madrugada, cuando me siento sola, inspirada por el mayor silencio que el centro de la ciudad puede proporcionar, te deseo un gran y retrasado feliz día de los abuelos.
Ya llegará un día en el que este lista para tomar una copa de vino con vos, ya sea en un sueño o en tu jardín. Ya llegará el día en el que pueda abrazarte fuerte y escuchar tu risa grave que hace temblar tu pecho, o sentir tus manos asperas acariciarme la cara.
Todavía hay momentos en los que me siento culpable de no haber ido ese último día a Carlos Paz, de haberte disfrutado con esa felicidad de estar comiendo tu asado con el viento que nos airea y calma el calor del día, de disfrutar un último atardecer junto a vos, de verte llevar las bolsas al auto, de ver tu camisa a rayas azul tan típica en vos.
Si pudiera por última vez amarte una vez más.
Te amo y te extraño.
Agu, tu Princesita 2, tu Pichicha.
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Diario Público
Teen FictionEsta soy yo, esta es mi vida y mi forma de pensar. Necesito sacarme de adentro todo lo que me hace tropezar una y otra vez. Quiero cambiar,necesito cambiar. Mi nombre: María Agustina. Mi apellido: Vargas. Mi edad: 24.(primer publicación con 17 años)