Carta al Jardinero

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Querido Rene:

Hoy te escribo una nueva carta, Jardinero, ya perdí la cuenta de cuantas voy. Espero que las estes guardando en el bolsillo de tu camisa a celeste a rayas, o en el bolsillo de atrás de tu jean azul.

Estoy sola en Córdoba, por las noches te recuerdo y lloro bastante por eso, pero no quiero hacerte mal al hacerlo.
¿Puede ser posible extrañar sin dañar?

Necesito escuchar tu voz, temo olvidarla. Necesito sentir tu mano en mi cachete y ver una de tus sonrisas.

Nunca había vuelto al hospital después de ese día, no podía. Los otros días acompañe a dar unos chocolates con mamá a las mujeres que te atendían, pasamos por ese pasillo y me pude aguantar el llanto hasta el auto.

Me acordé de esos días en dos segundos, todos los sentimientos me dieron un golpe en la cara. Recordé la noche en el velorio. Me sentía muy sola, necesitaba un abrazo fuerte fuerte. Si hubiera sido tuyo mejor.

Ya casi son dos años y yo no puedo olvidarme de vos, espero que los recuerdos que me dejaste sigan vivos en mi, solo los lindos y los graciosos. A Paz le voy a contar todo lo que pueda, así sabe del maravilloso bisabuelo que tiene en el jardín de rosas.

Te amo y te extraño.
Tu Pichicha, tu Princesita 2.

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