Capítulo 27.

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Bogotá, Colombia.

Narra Ari.

El avión está ya en Colombia. Puedo ver por la ventanilla el paisaje tan bonito que este país nos regala.

Ahora entiendo porque Juan está tan enamorado de su tierra, Colombia es increíble.

Las selvas vírgenes que estamos sobre volando, los preciosos ríos con los pájaros de colores volando sobre ellos y la vegetación con su verde tan intenso, son dignos de una foto. Creo que estoy realmente enamorada.

El piloto nos informa de que estamos a punto de llegar al aeropuerto de Bogotá, a si que empiezo a despertar a Pablo, que lleva casi todo el viaje dormido.

Ari: Pablo... -acaricio su barba- Amor... Despierta, estamos a punto de aterrizar -beso su frente-

Poco a poco va reaccionado y levanta la cabeza de mi hombro.

Pablo: ¿Ya estamos aquí? -se acomoda en el asiento- Se me ha hecho súper corto -dice mientras hace el intento despejarse-

Ari: Sí, estamos a punto de aterrizar. Pablo, como no se te va a hacer corto si sólo has dormido -río-

Pablo: ¿Te has aburrido mucho? -me dice preocupado- Perdóname, amor.

Cojo sus manos.

Ari: Cariño, he dormido también -le sonrío- No te preocupes, que he podido ver estos paisajes maravillosos, es realmente precioso -le digo con entusiasmo-

Pablo: Sí, amor -ríe- Sí que lo es -besa mi frente-

Ari: Además, a ti te espera una gira increíble y quiero que descanses lo máximo posible.

Como en un acto reflejo me da un corto beso.

Ari: ¡Pablo! -le doy un golpecito en el hombro- Que nos van a pillar -reímos-

Pablo: Lo siento, pero me ha salido del alma. Te amo -me susurra al oído y muerde suavemente mi lóbulo-

Si sigue así no podré parar.

Ari: Me vuelves loca... -suspiro- No vuelvas a hacer eso en público, porque no me resistiré otra vez.

Me regala una sonrisa pícara que me da a entender que lo seguirá haciendo, pese a lo que le diga porque le encanta hacerme sentir así, le encanta saber que me vuelve loca. Y a mí me encanta que me vuelva loca porque me encanta él.

[...]

Ari: ¡Pablo, es enorme! -giro alrededor de la habitación que Pablo ha cogido-

Dejamos las maletas a un lado.

Pablo: Para mi preciosa novia lo mejor de lo mejor -me abraza desde atrás-

Ari: No hacía falta tanto, Pablo... Yo con tenerte a mi lado me basta, donde sea, no me importa, pero conmigo. Además, sabes que soy feliz con los pequeños detalles.

Sonríe y me besa.

Pablo: Sí, ya sé que eres feliz con los pequeños detalles, yo también lo soy. Te amo tanto... -suspira-

Ari: Lo sé -sonríe de lado-

Pablo: ¿Ah sí? -yo asiento y él me mira expectante- ¿Y por qué lo tienes tan claro?

Ari: Porque yo te amo de la misma forma -sonrío-

Me sonríe de una forma que parece que su sonrisa se le va a escapar de la cara y me besa con más pasión que nunca.

Vuelvo A Verte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora