La alarma de su celular sonó, era estridente y molesta. Estiró su cuerpo, sintiéndose ligero y dolorido. Su cuerpo se quejaba de la cama, por eso se levantó aun cuando siempre dejaba la alarma sonar por un par de horas más.
Se sentó extrañando el molesto crujir de la cama y bostezó sintiendo rigidez en sus hombros, por eso llevó una mano a uno de ellos para terminar con los ojos abiertos como platos.
Dedos delgados y hombros pequeños.
Castiel bajó de la cama, asustado por lo pequeño y delicados que parecían sus pies que apenas asomaban debajo de sus pechos.
—¿Qué mierda? —preguntó y llevó ambas manos a su boca.
Esa aguda y linda voz no podía ser de él.
Corrió al espejo para ver a una chica pelinegra de ojos grises mirarle asustada. La chica era su reflejo.
Eso fue divertido, por eso rió a carcajadas y pensando que era una pesadilla de la que despertaría pronto, volvió a la cama y durmió de nuevo hasta que los golpes en su puerta le hicieron despertar molesto.
Bajó de la cama, de nuevo, y al pasar por el espejo miró temeroso para encontrar que nada había cambiado.
—Castiel, llegaremos tarde si no te apresuras —advirtió Lysandro detrás de la puerta—. Si sigues saltándote la clase Farrés va a reprobarte. ¡Abre la puerta!
Castiel comenzó a temblar pero, una vez que dedujo que había algo mal con sus ojos, o con su cabeza, le abrió la puerta a su amigo.
»Lo lamento —se disculpó el albino sonrojado—, no sabía que Castiel estaba ocupado... ¿Podría darle un mensaje de mi parte?
—¿Puedes decirme que es lo que estás viendo? —cuestionó la pelinegra con un tic nervioso y el ceño fruncido.
—Lo lamento, usted es muy hermosa —se disculpó el albino desviando la mirada, provocando al pelirrojo una irónica sonrisa que terminó en lágrimas.
—Soy yo... idiota —resopló intentando controlarse, fallando exponencialmente en ello.
Por alguna razón llorar, algo que nunca había considerado fácil de hacer, estaba pasando en él por sí solo.
—¿Nos conocemos? —preguntó Lysandro asustado.
Castiel negó con la cabeza y respiró profundo. Necesitaba tranquilizarse.
—Castiel no está en casa —dijo la chica—, mis padres han venido por él anoche, lo amarraron, lo metieron en la cajuela del coche y lo llevaron a casa. No sé cuándo va a volver, lo siento.
—Le dije que debía portarse bien —susurró el albino—, ahora sus padres seguro lo han tirado al río para disculpar los agravios que ha hecho contra usted. ¿Es su novia?
—Soy su hermana, soy Cas... Cas... Castiela —dijo y terminó llorando de nuevo.
Lysandro entendió su tristeza, con ese nombre cualquiera lloraría si tenía que presentarse.
Continúa...
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SWEET SPELL
Fanfiction"-El corazón de una chica te niegas a adorar, lo que ellas necesitan por las malas aprenderás, un hechizo yo convoco para cambiar a un idiota, y si el amor no encuentras mi magia jamás será rota-" Castiel, experto jugador del amor, cae en la trampa...