Castiel salió corriendo del departamento, iba tan rápido, y estaba tan alterado, que casi cayó por las escaleras de su edificio. Pero él, a diferencia de Casidi que chocaba con todo y tropezaba incluso en el suelo liso, tenía un poco de suerte.
—¡Me convertiste en un homo! —gritó Castiel cuando encontró a Ere en ese bar que era su punto común. La morena de cabello rizado le miró divertida y, dejando su vaso en la barra, caminó hasta un lugar menos ruidoso y más privado siendo seguida por el confundido Castiel.
»¡Me convertiste en un maldito homo! —repitió Castiel cuando estuvieron a solas.
Ere sonrió, divertida no, divertidísima.
—Yo no te convertí en homo —aseguró la chica.
—¿No?, ¿estás segura? Entonces... ¿cómo explicas que me guste Nathaniel?
—No sé. Eso explícalo tú.
—¡Es tu culpa! —aseguró Castiel—. Por convertirme en chica ahora me gustan los hombres.
Al reclamo infantil e idiota del pelirrojo Ere suspiró con cansancio. La confusión de Castiel había sido divertida en un inicio, pero se había terminado cuando empezó a crearse juicios idiotas.
—Para empezar —dijo la morena levantando el dedo índice y apuntando a la cara del pelirrojo—. No a todas las mujeres les gustan los hombres, así que tu argumento es idiota. No porque te conviertas en chica ahora te gustan los hombres. Para continuar —levantó un segundo dedo—. No te gustan los hombres, te gusta Nathaniel y —levantó otro dedo— el hechizo era para que encontraras el amor, no para que te gustara alguien. Eso significa que esto estaba escrito en tu destino, yo solo apresuré las cosas.
—¡Dices tonterías! —gritó el pelirrojo—. No me enamoraría de ese idiota, jamás. Es su culpa que yo estuviera todo jodido en el pasado.
—Nou —canturreó la chica—. Eso fue culpa de Debrah. Ella fue la que te hizo daño, y a él. Nathaniel te estaba advirtiendo de esa mujer y tú decidiste hacerlo el malo del cuento para no perder eso que tenías sostenido en Debrah, tu amor por las mujeres.
—Quitando lo último que dijiste, porque mi amor por las mujeres sigue intacto, ¿cómo es que sabes todo eso.
—Soy una bruja, Castiel. Puedo ver todo lo que quiera: el pasado, el otro lado del mundo, el futuro, todo. Puedo hacer muchas cosas, cosas como apresurar o retrasar los sucesos, incluso puedo devolver el tiempo, pero créeme cuando te digo que no puedo cambiar el destino.
»Tú y él están destinados a amarse. Pero no por eso a ser. Así que no te preocupes, no tienes que cambiar nada. Soy fiel testigo de tu gusto por las mujeres, sé que no te gustan los hombres... y también sé que estás enamorado de Nathaniel.
Castiel miró a Ere, la chica seguía sonriendo, pero ya no burlonamente. Incluso le miraba con ternura. Eso le hizo estremecer.
»Encontraste lo que necesitabas, así que el hechizo se ha roto —explicó Ere acariciando el rostro del pelirrojo confundido.
—¿Y qué se supone que haga ahora? —preguntó Castiel preocupado.
Al fin sentía que el peso de las consecuencias de sus acciones le caían encima. Además sentía que una hermosa parte de sí estaba desapareciendo.
—Lo que quieras —dijo la morena caminando a la puerta del almacén—. Ahora las cosas volverán a la normalidad, poco a poco todo será como ha sido... a menos que hayas aprendido la lección.
Lo último que la chica dijo fue un susurro opacado por la estridente música y las gritonas conversaciones de ese bar que ella cruzaba después de abandonar un abatido chico en la bodega del establecimiento.
Continúa...
Gracias Cyn-Jaz por la imagen de la portada. Castiel confundido es lo mejor que he visto xD
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SWEET SPELL
Hayran Kurgu"-El corazón de una chica te niegas a adorar, lo que ellas necesitan por las malas aprenderás, un hechizo yo convoco para cambiar a un idiota, y si el amor no encuentras mi magia jamás será rota-" Castiel, experto jugador del amor, cae en la trampa...