Capítulo 9: ¿Amor?

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Darle una oportunidad a Nathaniel fue la peor estupidez jamás cometida en la vida. Castiel lo supo cuando se encontró a Casidy sonriendo ante cualquier acción que el rubio realizaba. En serio todas. Incluso el solo verle venir le provocaba sonreír, y que el otro le devolviera la sonrisa le hacía sonreír más amplio.

—Pensaba que Castiel y tú eran muy similares —dijo Lysandro de pronto—, pero en realidad no lo son tanto. Castiel odia a Nathaniel y tú te enamoraste de él.

—¡Yo no me enamoré de él! —gritó la morena atrayendo la atención de toda la clase. Casidy sintió que su rostro ardía y bajó la cabeza hasta pegar la frente en el escritorio de Lysandro, donde pasaba los recesos que Nathaniel no le buscaba—. Solo me es agradable estar a su lado, es muy lindo.

—No sé en Alemania, pero aquí eso es un indicio de amor —farfulló el albino molesto—. También soy agradable y lindo.

—Sí, lo eres, pero de una forma diferente —intentó explicar la chica de ojos grises—. No me lo tomes a mal, es solo que no me puedo enamorar de un chico, y tú eres uno, además de mi mejor amigo.

—Qué mala excusa para mandarme a la friendzone —se quejó el albino—, teniendo en cuenta que Nathaniel también es un chico.

—Te dije que no me enamoré de él —reiteró Casidy casi molesta, pero más apenada. 

Ya había notado que la palabra Amor y la imagen de Nathaniel provocaban reacciones iguales en ella. Pero no lo aceptaría, aunque se hubiesen pasado ya dos meses y ella no hubiese dado con la chica ideal para su supuesto hermano.

—No es lo que parece —suspiró Lysandro—, pero supongo que igual no debería preocuparme de ello, debería ocuparme de mi roto corazón.

—Oye, lo lamento —se disculpó la azabache sonriendo desganadamente. 

Había dicho que no le rompería el corazón a su amigo, pero ella no podía hacerse cargo de los sentimientos de los otros, ni siquiera de los propios podía.


* *


—¿Estás seguro de esto? —preguntó Ere al pelirrojo cuando le permitió encontrarla en ese bar—. Es una decisión importante, no puedes equivocarte.

—Igual no me queda mucho tiempo —dijo el pelirrojo. Estaba a tres semanas de que el conjuro se hiciera permanente—. Y aún tengo otras dos oportunidades. Lysandro o Sucrette. Ambos me aman. Uno a mi versión femenina y la otra a mí.

—¿Al menos recuerdas el conjuro? —preguntó Ere—, no se trata de que te amen, se trata...

—Lo que sea —interrumpió Castiel—, ya me aburrí de todo esto, solo iré y me declararé a Nathaniel.

—¿Lo amas?

—Eso no es importante, lo importante es acabar con esto. Estoy tan mal que tengo gastitris. Ya no puedo sopórtalo. Acabaré con esto y afrontaré las consecuencias, sean cuales sean.

—Pues entonces declárate a tres personas de camino a la salida, si te da igual aprender la lección, o no, no necesitas que sean ellos.

Castiel le miró entre sorprendido y furioso. Ella tenía la razón, pero no lo aceptaría. Después de todo, acabar pronto no significaba que se rendía, significaba que había tomado una decisión y estaría bien con lo que sucediera a causa de ello.

Chistó los dientes y volvió a casa para descansar y preparase mentalmente para declararse a la mañana siguiente.


* *


—Lo lamento —dijo Nathaniel bastante sorprendido—, me gustas mucho, pero no puedo amarte. Amo a alguien más. 


Continúa...

Gracias jessicamartzgut por el edit, me gustó mucho. Besos. 

SWEET SPELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora