Capítulo 8: Tontas preocupaciones

108 19 6
                                    

Las palabras de Nathaniel no salían de la cabeza del pelirrojo, y se odiaba por darle espacio en su cabeza. Él definitivamente no había malinterpretado nada. Nathaniel lo había traicionado de la peor manera que se podía traicionar a alguien.

Aunque, pensándolo de nuevo, se daba cuenta de que él había confiado en la palabra de Debrah, y esa mujer no tenía mucha credibilidad.

—Espera un segundo —dijo el pelirrojo alarmado—. Castiel, ¿estás justificando al delegaducho idiota? —se preguntó a sí mismo y se rió de manera desaforada. Eso tenía nada de sentido.

Creyó que algo andaba mal en su cabeza, pero no podía culparse por ello, justo en ese momento estaba enredado en la situación más idiota que nadie en el mundo se podría imaginar.

* *

—Deben ser mis hormonas —susurró Casidy cuando, a la mañana siguiente, se encontró con Nathaniel y se sintió mal al verlo evadirla—. Pero, ¿por qué diablos hace esa cara? —preguntó para nadie e hizo una rabieta con todo y saltitos, terminando por mejorar su humor. 

Su puchero se convirtió en sonrisa cuando pensó que ser chica era un poco divertido, a veces.

—¿Por qué estás bailando? —preguntó Lysandro dándole tremendo susto. 

Casidy ni siquiera lo había sentido llegar hasta ella y de pronto lo tenía a un lado.

—¡Idiota, me asustaste! —gritó golpeando el pecho de albino que le miró con diversión. 

Esa chica algo salvaje le encantaba demasiado. Y es que, después de pensarlo un poco, no había otra forma de ser para la hermana de Castiel.

—Lo lamento —dijo el albino—, parecías ocupada, no quise interrumpir. ¿Qué estabas haciendo?

—Un berrinche —informó Casidy sonriendo y Lysandro movió la cabeza de un lado a otro, sonriendo también. 

Amaba la actitud de esa chica. La quería para él.

El timbre sonó y ambos fueron al aula. A la hora del almuerzo caminaron juntos a la cafetería. Castiel estaba tan acostumbrado a pasar el tiempo con Lysandro que se olvidó por completo de la distancia que debía mantener Casidy de él para que su mejor amigo no terminara con el corazón roto.

Lysandro estaba cómodo y feliz, feliz por estar con es la chica que le gustaba y cómodo porque no debía esforzarse por llamar su atención. Casidy y Castiel eran tan iguales que seguro no tardarían en volverse amigos cercanos.

—Vayamos por un helado —sugirió Lysandro a la salida del instituto y, a punto de aceptar la invitación, Casidy chocó con Narhaniel que fingió no mirarla, que ni siquiera se detuvo a aceptar su disculpa por haberle tirado los libros.

Nathaniel no miró a la chica, levantó los libros que se esparcían a sus pies y caminó sin atender a los llamados de una que no quería escuchar. Si ella no le daría una oportunidad, él no perdería su tiempo.

Casidy enfureció, y dejando toda la culpa y responsabilidad en sus hormonas siguió al rubio dejando a Lysandro con una invitación y el ceño fruncido.

—Lo admito, fue mi error —dijo Casidy cuando logró que Nathaniel le mirara—. Te juzgué sin conocerte, pero no tengo buenas referencias de ti, y si no me muestras quién eres jamás te conoceré en realidad.

—Entonces, ¿me darás una oportunidad? —preguntó Nathaniel emocionado, haciendo caer en cuenta a Casidy de lo que había provocado. 


Continúa...

Gracias BgChxxks por el dibujo. Espera mi agradecimiento en forma de Oneshot. Besos. 

SWEET SPELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora