trece

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KIM SUNI

Había olvidado cerrar las cortinas por la noche así que la luz del sol pegó directamente en mi cara apenas comenzó a amanecer. Sin mucho ánimo me levanté para cerrar las cortinas pero cuando intenté dormir de nuevo, no lo conseguí. Irritada me volví a poner de pie y arreglé un poco mi cabello para bajar y prepararme algo de almorzar mientras esperaba que mi programa matutino comenzara, apenas eran las siete de la mañana así que debía hacer un poco más de tiempo.

Apenas bajé a la sala, noté el desorden que había. Últimamente no había prestado tanta atención a la limpieza que había en casa, así que no pude apreciar con detenimiento los calcetines de TaeHyung que en estos momentos se encontraban adornando el sofá, tampoco los pares de zapatos que estaban regados por la entrada. Asqueada, tomé algunos productos para limpieza que TaeHyung tenía en casa y me puse manos a la obra.

— Que fastidio vivir rodeada de hombres tan desordenados —me dije a mi misma cuando encontré una envoltura de galletas justo debajo del sofá. Cuando terminé de limpiar encendí el televisor, justo a tiempo para mi programa de los domingos, subí el volumen del televisor y me dispuse a preparar el desayuno para todos mientras reía al escuchar todas las tonterías que decían los conductores de mi programa favorito.

Cuando terminé de preparar el desayuno, caminé hasta la habitación de TaeHyung mientras me quitaba el delantal, pero me sorprendió no encontrarlo en su habitación una vez más. TaeHyung últimamente no llegaba a dormir y aunque no me parecía algo demasiado extraño debido a la exigencia de su trabajo, me preocupaba que estuviera durante tanto tiempo de esta manera, debería comprarle unas vitaminas. Cerré la puerta de su habitación y me dirige a la habitación de JungKook, toqué la puerta tres veces esperando que respondiera.

— JungKook —llamé mientras tocaba la puerta de nuevo, al no tener respuesta de su parte me arriesgue a entrar con la mirada sobre el suelo, la alcé cuando noté que aún estaba dormido—, es hora de levantarse.

— Cinco minutos más. —pidió mientras cubría su rostro con el cobertor.

— Nada de cinco minutos más JungKook, dije arriba —le regañé mientras me acercaba a su cama para jalar un poco el cobertor, solo lo suficiente para ver su rostro.

— Anda, por favor. —canturreo mientras me observaba con una gran sonrisa.

— No es no, JungKook —dije mientras lo volvía a cubrir, me alejé de su cama y antes de salir de la habitación me giré a verlo una última vez—, anda, he preparado el desayuno

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— No es no, JungKook —dije mientras lo volvía a cubrir, me alejé de su cama y antes de salir de la habitación me giré a verlo una última vez—, anda, he preparado el desayuno. 

Cerré su puerta y lo dejé arreglarse con calma mientras servía nuestros platos y mandaba un mensaje a TaeHyung preguntando si llegaría para el almuerzo, obviamente no obtuve una respuesta. Dejé mi teléfono a un lado y almorcé con JungKook entre risas y comentarios aleatorios por su parte, parecía que éramos amigos de toda la vida una vez más, una última y lastimosa vez.

photographer; jjk [book #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora