El chico Hufflepuff

Mentiras y celos.

Se acercaba Halloween.
P.o.v. Granger.
Luna había estado ansiosa por la llegada del invierno.
—Calmate, Luna.—Dije cansada.
—Seguramente Ivann también estará intranquilo.—Comentó como si no estuviera con ella.
—Deja de hablar de él.—Pronuncie hastiada.
—Código 9FN9C6C2.—Susurró mientras escribía con su pluma encantada.
—Luna lo digo enserio. Basta.—Musité enfurecida.
Pero Luna seguía a su bola tan imperturbable como siempre.
—Ta  tata ta tata...— tarareaba.
Bufe exasperada, luego de haber echo que Harry discutiera con Malfoy, mi amigo ya no sonreía.
Ginevra aprovechó la situación que creé para ser su pareja. Pero ahora Ginny se está aburriendo de él, según ella, esperaba que Harry hubiera sido más dulce y amoroso.
—¿Te sientes mal? —Preguntó con una media sonrisa, casi maliciosa. 
—¿Por que tendría que sentirme mal?—Pregunté mirando afuera.
—Le has hecho daño a Harry.—Dijo de manera ausente.
—¡Tú! ¡Asquerosa sangre sucia!—Gritó ese niño de primer año. Antes de reaccionar, él ya me había dado una cachetada.
Luna se mostraba feliz. Se miró las uñas como si no hubiera visto nada. Aquél niño con sus ojos cristalinos, llenos de un odio acérrimo. Ahí me di cuenta que toda la casa de los tejones estaba en mi contra.
Mi mejilla enrojecida por el golpe me dio una asombrosa carta. La cuál utilizaría en esté momento.
Acaricie mi mejilla y fui al despacho de la directora. Le expliqué lo ocurrido pero sobre todo el golpe. Obviamente me salté la parte donde fui cómplice de la separación de una pareja de enamorados.
—Sabía usted que el señor Malfoy es un veela. —Me dijo como si fuera normal.
—¿Qué?
—Creo que ambas sabemos que no nos conviene separarlos.
Intenté fingir que no me preocupaba pero gracias a la ley que propuse ahora Malfoy estaba protegido.
Si alguien separaba a un veela de su pareja sería castigado con tres meses en Azkaban.
—Por supuesto.—Dije tragandome el miedo.
En ese instante aparecieron Harry y Draco debajo de la capa de invisibilidad.
Mi cara enrojecida por la vergüenza.
—¿Cuál era el plan? Jean—Dijo encolerizado Draco.
—El pl-plan era... —Antes de decir algo apareció Ginny.
—No pueden preguntarle eso.
El rostro de Harry se mostro dolido.
Tanto Malfoy como Yeltsin quisieron arrancarle la cabeza.
—Simplemente queríamos separarte de Malfoy.
Luna entró sin pedir permiso y se acercó a mi rostro.
—Mentira.—Dijo ceñuda.
Abrí mis ojos desmesuradamente.
—No soy una mentirosa.
—Entoces eres una mujerzuela celosa que no sabe dónde es su sitio.—Me dijo el mini mortifago.
—Cállate que ninguna de tus parejas te ama.
Sabía que eso era un golpe demasiado bajo para mi gusto pero la presión me enloqueció tanto que no me reconozco.
El niño no espero a que nadie lo defendiera.
—Sabes que tu novio es gay. —Dijo con perversidad.
—¡Claro que no! Ronald me ama a mi.—Dije con seguridad en mis palabras.
—Sí claro y también a George junto a Blaise Zabini.—Dijo tocándose el pelo. Iba a negar todo eso pero... —No fastidies.
—¡Basta! ¿Que clase de modales te he enseñado? —Dijo un hombre de piel canela con el cabello negro cogido por una cola de caballo y unos mechones sueltos en la parte de las  puntas había un tono azul marino que resaltaban sus ondas iba a juego con aquellos ojos de color olivo.
El niño empezó a temblar. Luego apareció un pelinaranja con unos ojos azules junto a su blanquecina piel.
—No pensé que te meterias en problemas.
Él se removió incómodo y toda aquella pasión se había esfumado.
—Lo siento padre y hermano.
Fin P.o.v. Jean.
P.o.v. Draco.
Por culpa de Granger ahora nuesto tercer miembro se encontraba incómodo y asustado. Intenté calmarle pero el pelinaranja dejo una marca.
—No lo toques rubio.
Iba a reclamar pero Harry negó y alzó mi rostro para mostrarme como Ivann se estaba escondido en la nuca de ese chico.
Mi padre entró agitado. Cuando se dio cuenta de las personas que se encontraban recuperó la compostura. Pero al igual que nosotros estaba celoso.
—Nakahara-san quiero hacer la siesta. El de cabello anaranjado solo sonrió con ternura.
—Claro que si, su pequeña majestad.—Dijo separándose un poco para hacer una reverencia.
Los tres gruñimos cuando lo cogió entre sus brazos y se lo llevó.
Granger soltó todo el plan para no ir a Azkaban. Ambas tendrán que conseguir un buen abogado.
No quedarán impunes.
Fin P.o.v. Draco.
P.o.v. Harry.
Nunca pensé que ellas me traicionarian de está manera. Ron me pidió disculpas por como habían despotricado esas dos.
—No te disculpes más Ronald.— Entre cerré mis ojos. —Estás con George y Blaise íntimamente.
Sus mejillas se tiñeron de rojo, aún con la vergüenza inicial, asintió.
—Por favor hermano no se lo digas a Hermione.
—Ya se lo ha dicho Ivann.
Su rostro empezó a empalidecer progresivamente.
Está semana sera divertidísima.