Menos de una semana antes del 1 de Septiembre, Maggie decidió aventurarse a su primer viaje en solitario. Se despidió de sus padres y el resto de su familia con un fuerte abrazo, y caminó directo hacia donde abordaría el avión. Llevaba el baúl, transformado en una corriente valija muggle, de lo más liviana. Desde que tenía su varita, ella había practicado cada hechizo que se le ocurriera, cada hechizo de los libros, con millones de movimientos de varita, hasta aprender muchos que harían más fácil su vida.
Unos pantalones blancos, con una blusa estampada en colores calipso y un saco color blanco. Una cartera marrón, haciendo juego con sus tacones. Una cola de caballo en el pelo, dándole un look natural. Ella sólo quería dejar de ser muggle. Quería entrar en el mundo de la magia.
Antes de abordar, la adolescente soltó a su lechuza. No sin antes susurrarle "Encuéntrame en el Caldero Chorreante, ¿de acuerdo? Nos veremos allí, pequeña". La lechuza ululó y emprendió vuelo. La castaña se aisló de la gente e hizo un hechizo encogedor a la jaula, para luego ponerla dentro de su bolso. Suspiró, tranquila. Lo bueno de ser hija de muggles, pero ser bruja, era poder aparentar ser normal y no serlo realmente.
El viaje transcurrió con total normalidad. Sólo existía felicidad. Nada más.
Una vez que arribaron al aeropuerto de Londres, la muchacha tomó sus pertenencias, y se dirigió al lugar exacto en el que tendría que estar el Caldero Chorreante. Entró por él, y pidió una habitación. No sin antes demostrar que era bruja, señalando su varita. Le dieron la habitación diecisiete, y ella subió animadamente para transformarse en lo que sería, una habitante del mundo mágico. Cambió su equipaje de muggle por el baúl característico de bruja. Lo bueno, es que ahora estaba a un simple movimiento de varita de todo: Agrandó la jaula de Kirlia, cambió su ropa por algo más simple y cómodo y se recostó mirando hacia el techo: Ya era parte del Mundo Mágico.
Unos días después, llegó el gran momento. Kirlia había llegado el día anterior, y Maggie había decidido ponerla en su jaula y partir hacia King Cross. El expreso de Hogwarts saldría de la estación a las once de la mañana. Ni un minuto más ni un minuto menos, y debía apurarse, de lo contrario, llegaría tarde.
Vestía unos pantalones negros y una musculosa de igual color. El clima era veraniego en ese entonces, mientras que en su país natal seguían las mañanas frías. Tomó su baúl, tomó su lechuza, y se subió a un taxi, pidiendo: "A King Cross, por favor".
Al cabo de unos minutos, el taxi estacionó en la puerta. La muchacha le pagó al conductor, y bajó del automóvil. Corrió con su baúl y su lechuza entre manos, mientras que su varita se encontraba entre su ropa. Luego de caminar unos momentos, divisó a lo lejos la plataforma 9 ¾, pero al llegar a ella, el pánico la invadió. Hasta que escuchó voces. Voces que no podían ser otras si no mágicas.
- Todos los años es lo mismo, querida - le decía un hombre a su mujer. Él tenía el cabello negro azabache, y estaba de espaldas. La mujer una larga cabellera roja e iba con una pequeña niña, quien era exactamente igual a su madre en cuanto al cabello - Suerte que los pequeños vinieron con tu hermano... Porque si no, nunca podríamos haber pasado la plataforma 9 ¾ a tiempo...
- Disculpe - sentenció la castaña - Escuché que hablaron de la plataforma del Expreso de Hogwarts - explicó en susurros - ¿De veras hay que cruzar la pared?
- ¡Pues claro, querida! ¿De qué otra manera podríamos cruzarla? - preguntó el hombre. Ella debería haberlo reconocido en aquel momento.
- Perdón, es que yo soy hija de muggles. Y tampoco soy originaria de aquí, mi nombre es Maggie y vengo de Argentina.
- ¡Maggie! ¡Ella es Maggie, cariño! Mi cuñada me habló mucho de ti, ella es profesora de Encantamientos en Hogwarts. Y bueno, mi esposa y yo hace dos años que formamos parte del cuerpo docente... Soy el auror Harry Potter, un gusto.
- ¿Potter, dijo? ¿Harry Potter? ¿Acaso eso es una broma? ¡Usted debe ser Ginny! ¡Y la pequeña debe ser Lily! He escuchado mucho de ustedes, aunque muchas cosas al final no eran verídicas, claro... Pero, luego hablé con Madame Pootkin, de la tienda de varitas de mi ciudad, y leí tres veces Historia de Hogwarts. ¿Acaso, Harry oyó hablar de mí?
- Claro, mi cuñada Hermione es una apasionada de su trabajo. Cuando se enteró que una hija de muggles iba a venir a estudiar a Hogwarts, se emocionó tanto que te escribió una carta en tu idioma, y además, habló del acontecimiento en dos diferentes cenas de la familia. De Inglaterra, tenemos alrededor de cincuenta alumnos que son hijos de muggles, pero ya sabes... Tú eras un caso especial. De hecho, vienes del extranjero, eres la primera argentina en estar aquí... Hablaremos más en el expreso, Gin, querida... Pasa con Lily. Yo ayudaré a Maggie a pasar - sentenció el ojiverde - Tómate de mi brazo, Maggie, por favor... - La castaña acató cada orden - Yo llevaré tus cosas aquí. Sólo cierra los ojos, y corre. Nada más.
Ella confiaba ciegamente en el hombre que decía ser Harry Potter. Y gracias a Merlín lo hizo, porque en cuestión de segundos, ambos estaban enfrente del Expreso de Hogwarts. Maggie lo observaba con admiración, como si fuera lo más preciado en su vida.
- Sígueme, Maggie - pidió Potter - Subamos al tren. Te presentaré con mis hijos y mis sobrinos. Mi hijo mayor y mi sobrina comienzan este año en Hogwarts - comenzaron a caminar al compás - Como te decía, te deben haber contado todos los cambios, ¿verdad? Son sólo cuatro años, y luego elijes la especialización. Si quieres ser auror, medimaga, o lo que fuere. Fue una restricción que tuvimos. Voldemort está acabado, pero los mortífagos siguen allí, y si se unieron a él, significa que estaban ebrios de poder. No es tan fácil... Pero estamos seguros. No hay que preocuparse. A pesar de todo, nosotros decidimos comenzar a trabajar en Hogwarts, para darle una mano a McGonagall. Los cuatro estamos aquí. Luego está también Malfoy, seguro oíste de él. Y Neville también. Somos una gran familia. Malfoy es el jefe de Slytherin. Hermione es la jefa de Gryffindor, aunque ella cree que las decisiones respecto a eso las tomamos en conjunto los tres. La profesora de Cuidado de Criaturas Mágicas, Luna Lovegood, es la jefa de Ravenclaw. Esta materia antes la impartía Hagrid, pero él ha decidido que es mejor descansar. Y Hannah Abott, profesora de Astronomía, es la jefa de la casa de Hufflepuff. El cuerpo docente es completamente renovado. Puedes dirigirte a cualquiera de esos profesores ante cualquier inquietud. Y cuando sepas tu casa, dirígete al jefe de la misma. ¿En qué casa te gustaría quedar?
- En Gryffindor, claro. Aunque no me molestaría quedar en Ravenclaw o Hufflepuff.
- Piensas igual que mi hijo Albus. Incluso igual que yo mismo hace muchos años. En Slytherin no... - ambos rieron - Slytherin tuvo grandes magos. Sólo que no supieron potenciar la parte correcta... Bueno, creo que es mi deber el contarte algunas de las deficiencias que tienen los libros de mi personaje con nuestra vida real. Las muertes, no fueron tal cuales. Por ejemplo, Remus y Tonks, son felices con su hijo Teddy, aunque también tienen una pequeña hija mujer, llamada Dorothea Lupin. Pero, la llamamos cariñosamente Tea... Digamos que heredó cierto enojo de Tonks con respecto a su nombre. Pero ella no es metamorfomaga, ni tampoco licántropo, es solamente una excelente bruja. La pequeña tiene quince años - Maggie sonrió ante la idea. Siempre había amado a esa pareja, hablando de ficción - Y Fred, se casó con Katie Bell. Aunque, su hijo se llama George. Y el hijo de él se llama Fred. Ya sabes, su relación de hermanos mellizos.
- Yo tengo un hermano mellizo y nunca planteé llamar a mis hijos con su nombre - ambos rieron mientras iban caminando por el Expreso.
- Y no creo que haya nada más que comentar...
- Eh... Acerca de Lavender Brown - cuestionó Maggie. A ella no le caía bien su carácter, a través de lo escrito por la famosa J.K, pero sabía que le había pasado, y necesitaba saber.
- Ella fue atacada por Greyback, y simplemente acarrea la misma maldición que Remus. Tonks y yo aprendimos a elaborar la poción matalobos. Y ahora la adherimos a la currícula que damos, en tercer año... Siempre tenemos reservas. Aunque esperamos encontrar la cura, pronto... De acuerdo, aquí está el compartimiento. Pasa, te voy a presentar a los chicos...
Y ella no sabía que, en ese momento, iba a conocer a las mejores personas con las cuales se pudiera haber topado en su vida.
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James Potter y el regreso de los mortífagos.
FanfictionVarios años después de la Segunda Guerra Mundial Mágica, la vida sigue en el mundo de fantasía de Harry Potter. Pero las cosas cambiaron, no son como antes. Hogwarts cambió, y los alumnos cambiaron. La escuela de magia y hechicería pasó por cambios...