James Potter y el regreso de los mortífagos.

Capítulo 27: La propuesta

Kingsley se corrió del estrado, dando lugar a Teddy Lupin. Victoire le sonrió a su novio.

- Hola a todos - sonrió, atractivo, como siempre - ¿Qué agregar a lo que dijo Kingsley? Pues... A diferencia de él, yo no conozco una vida sin conocerte, Vic. No la recuerdo. Naciste cuando yo tenía apenas más de un año. Y de ahí en más, siempre estuvimos juntos. Creo que a los trece años me di cuenta de que estaba completamente enamorado de ti. Pero ¿qué te iba a decir? ¡Eras mi amiga! Mi mejor amiga, podría decir. Tus padres eran parte de mi familia. Sabía que Bill me mataría. Pero, antes de que yo entrara a Hogwarts, un año antes que tú, te besé. Te besé y te dije que te adoraba. Y no te adoraba porque fueras descendiente de veelas ni porque tuvieras una belleza incomparable. Te quería por cómo eres conmigo. Por las veces que te reías de mis estupideces, de mis transformaciones. Me sentía bendecido por ver todos los días esa sonrisa.

Ella sonrió más anchamente, con lágrimas en sus ojos.

- Entré a Hogwarts, y me enviabas cartas casi a diario. Pero nunca me decías como te sentías respecto al hecho de que te besé y luego me subí al tren de Hogwarts. Hasta que volví a casa por Navidad, me viniste a ver, y corriste a besarme. Allí me dijiste que sentías lo mismo que yo, pero que era estúpido decirlo por medio de una carta. Sobre todo porque te encantaba mi expresión de sorpresa cuando no entiendo una situación. Estamos juntos desde entonces.

Victoire le lanzó un beso desde su lugar.

- Siempre fui parecido a mi padre. Analítico, responsable, ético y correcto. Solo tuve la torpeza de mi madre. Y tú, eras todo lo contrario. Eres lo contrario. Impulsiva, desafiante, alegre... Eres vida, Victoire. Eres luz. Eres pureza. Cada vez que entras a una habitación, la iluminas con tu presencia. Siempre me equilibraste, Vic. Desde que te conozco fuiste mi positivo, mi blanco, mi sol. Y desde que éramos adolescentes, mejores amigos, que intenté que cada cumpleaños fuera diferente.

Ella asintió, recordando, y ya llorando a lágrimas: Ahí estaba, el hombre que amaba más que a su propia vida, hablando de ella.

- Sé que odiabas tener que compartir tu cumpleaños con una fecha tan importante - los que conocían a la primera nieta Weasley, rieron - E intentaba por todos los medios posibles que pienses en otra cosa. Pero nunca pude. Nunca pude sacar de tu mente que el 2 de mayo no era el aniversario de la Batalla de Hogwarts, sino tu cumpleaños. Así que pensé, que quizás, podrías recordar el 2 de mayo como un día diferente.

Teddy bajó del atril pero los ojos de todos no se despegaron de él. Mientras que el metamorfomago no quitaba los suyos de su novia.

- Victoire: eres todo para mí. Eres mi novia, mi amiga, mi amada... Eres la que le da sentido a mi vida. Por la que lucho, por la que despierto cada mañana, por la que soporté a su padre lanzándome maleficios a diestra y siniestra. No conozco una vida sin ti, y no me imagino una vida que no sea al lado tuyo. Te amo, Victoire. Y... te quiero pedir, te quiero implorar, te quiero proponer: Victoire Weasley, ¿me harías el honor de convertirte en mi amada esposa? - preguntó, arrodillándose frente a ella, y tomando su mano entre sus dedos.

Un silencio sepulcral se instauró en el Gran Salón. Dominique, Rose y Maggie tenían muchas ganas de comenzar a dar saltitos abarrotados de alegría. Mientras que Fleur y Dora estaban intentando reprimir las lágrimas, acción que Victoire no había podido evitar: lloraba a mares.

- ¿En serio me lo preguntas? - exclamó entre sollozos - ¡Claro que sí, Ted! ¡Casarme contigo me haría la mujer más feliz del mundo!

Y saltó en brazos de su novio, abrazándolo y llorando a mares, como si su vida dependiera de ello. Teddy envolvió el cabello rubio de su pareja entre sus dedos, y sutilmente la apartó de sí para mirarla a los ojos.