Capítulo 6: Clase de vuelo

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La castaña y la pelirroja se despertaron cuando el sol entró por la ventana e iluminó sus ojos. Maggie volvió a sonreír. Se paró y fue directo al baño que se encontraba cerca de su habitación. Tomó un leve baño, y se colocó su túnica de Hogwarts. Se desenredó el cabello y aplicó algo de maquillaje en su rostro. Sonrió y se recogió el flequillo con una invisible.

La muchacha salió del baño y Rose entró corriendo al baño. Dominique y Lindsay no se encontraban cerca. Maggie bajó las escaleras y se encontró con la rubia Scamander. La adolescente le sonrió.

- ¿Cómo te encuentras, Maggie? - cuestionó la rubia.

- Bien, Lindsay. Gracias ¿y tú?

- Estaba aquí, observando el horario de primer año. ¡Herbología e Historia dela Magia! ¡Un lunes! Los Nargles deben estar atrás de esto, estoy segura... Si tan solo hubiera convencido a todos los de primero de ponerse los amuletos en contra de ellos... - Maggie sonrió ante la inocencia y la locura de su compañera de habitación - De acuerdo, nos vemos en el Gran Comedor, Maggie.

Y con su compás saltarín, salió de la Sala Común. Maggie río sonoramente y subió corriendo las escaleras. Tomó su libro de Herbología y el de Historia de la Magia, realizó un encantamiento para reducir el peso con su varita, y se colgó el morral en el hombro, mientras veía a Rose.

- Herbología e Historia de la Magia, ¡Corre que quiero desayunar, Ro! - gritó la castaña.

- Estoy yendo, ya casi - decía quejumbrosa la pelirroja. Tomó su bolso y ambas salieron corriendo en dirección al Gran Comedor. Allí, había cientos de alumnos, y lejos, en la mesa de Gryffindor, divisaron a James y corrieron a sentarse junto a él.

- Buen día, a las dos flores más bellas de Hogwarts - saludó a ambas con un beso en la mejilla a cada una. Con Rose se reían de cómo se desfiguraba el rostro de todas las fans de James Potter presentes por allí.

- ¡Cállate, James! - Replicó la castaña - La platea femenina se va a desilusionar pensando que los tres nos encontramos en una relación simultanea - Maggie los conocía hace pocas horas, unos dos días, pero sentía que los conocía de toda la vida.

- No seas exagerada, Maggie. Prueben la tarta de melaza que hizo Winky, es exquisita, no se dan una idea. Y el jugo de calabaza está diferente, Rose. Fíjate, está más dulce, como si aprovecharan bien la calabaza.

- Tenía que ser mitad Weasley - dijo Hermione apareciendose por la mesa, con media sonrisa - ¿Cómo les va? - le preguntó a los tres amigos allí presentes.

- Bien, ma - contestó Rose - Con Maggie dormimos genial.

- Perfecto... Excelente. Maggie, ¿tú tienes alguna duda? ¿Algo que me quieras preguntar?

- No, profesora - dijo consciente de que estaba a una autoridad. Que esa autoridad sea la madre de su nueva amiga no abalaba nada - Si me surge algo le preguntaré.

- Por supuesto, no lo dudes. Y otra cosa, Maggie. Puedes llamarme Hermione, querida.

El lunes transcurrió con tranquilidad. Algunas plantas importantes en la hora de Herbología, y la hora de Historia fue tan aburrida como lo imaginaba.

Cuando se levantaron el martes, todos lo hicieron con una sonrisa: Hoy tenían vuelo y encantamientos.

Luego de desayunar, los tres amigos corrieron directo al campo de Quidditch. Allí tendrían su clase de vuelo, y quizás, si el profesor veía que lo hacían bien, una primera introducción a lo que es el Quidditch. Esa clase estaba en primer año con el fin de que el profesor pudiera observar los jugadores en potencia. Lo malo, era que en la clase se encontraban con los de Slytherin. Lo peor, era que todas las malditas materias del martes eran con los Slytherins. Maggie se sorprendió al ver que el profesor de vuelo era nada más, ni nada menos, que Ronald Weasley.

James Potter y el regreso de los mortífagos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora