Capítulo 4: El expreso de Hogwarts

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En el vagón del Expreso de Hogwarts se encontraban cuatro personas. Una mujer y tres varones. La mujer, tenía el cabello rojizo, y el mismo formaba leves rulos. Era bastante largo, y sus ojos eran celestes. Llevaba unos hermosos lentes plateados y tenía una sonrisa deslumbrante. Ella debía ser Rose, la hija de Hermione y Ron. A su lado, se encontraba un pequeño niño, de aproximadamente once años, también de cabello rojizo, pero ojos marrones, como los de su madre. Debía ser Hugo. Del lado derecho del vagón, se encontraba un niño de quince años. El cabello era negro y sus ojos marrones, y vio en ellos los mismísimos ojos de Ginevra Weasley, la mujer que había conocido minutos antes. Pero contra la ventana del Expreso, se encontraba un muchacho, de su edad, quizás apenas más grande, con el cabello negro azabache y los ojos verdes. Pero él estaba falto de la cicatriz que tenía su padre. Él debía ser James.

- Chicos, vengo a presentarles a Maggie. ¿Se acuerdan que Hermione habló de ella en la cena la semana pasada? Ella viene de Argentina, y su familia es muggle. Creí que podían socializar con ella, ya saben... Hacerse amigos.

- Claro que sí, papá - sentenció el mayor de todos, James.

- Él, Maggie, es James. Después, a su lado está Albus. Son mis dos hijos, ya sabes, además de Lily. Y ellos son ambos hijos de Hermione y Ron, mis amigos, son Rose y Hugo.

- Un gusto conocerlos - sentenció la morocha animadamente.

- Hugo, vamos al vagón con tus padres y Lily. Así le dejamos lugar a Maggie en el Expreso - el pequeño sonrió, y se levantó con sus pertenencias. La adolescente pasó con su baúl y su lechuza al compartimiento.

- Es muy bonita - sentenció la pelirroja - ¿Cómo es su nombre?

- Kirlia. La compré en Argentina, en mi país - sonrió. Rose le devolvió la sonrisa.

- Mi madre no quiso que tuviera una, pero me dio su gato. Mi padre lo detesta, pero... - revoleó los ojos. Ambas volvieron a sonreír.

- Albus tiene un hurón, se llama Harold. Y yo tengo una lechuza, es Hedwig II. Mi padre amaba su lechuza, asi que decidimos llamarla como ella. Aunque este sea macho - y su cara dejaba mostrar incredibilidad.

- ¿Es difícil estar lejos de tu familia? - preguntó Albus intrigado.

- Creo que va a ser difícil, pero... Este es mi sueño. Aunque todavía no entiendo porque. Es decir, me dejaron ilusionarme con una vida, con un futuro, y luego vienen con esto. Yo... Hubiera deseado saberlo desde el principio.

- Sé que es difícil de comprender, pero ellos intentaron mantener vivos a toda la comunidad mágica, y a los muggles también - sentenció James.

- Lo sé, pero es difícil. Todavía lo estoy procesando. Igual mis padres.

- ¿En qué casa planeas estar? - preguntó Rose, intrigada.

- Amaría poder estar en Gryffindor, pero es una casa demasiado buena. Yo, creo que terminaré en Ravenclaw, o Hufflepuff...

- Tú aunque sea tienes pocas posibilidades, casi nulas de entrar a Slytherin - la muchacha no entendía el por qué, y lo hizo notar - No eres ni mestiza, ni sangre pura. Eres hija de muggles. Esa casa no acepta a alguien de esas características.

- Claro, no lo había pensado - suspiró aliviada.

- ¡Rose! - una muchacha llamó a la pelirroja - ¿Me puedes dar un poco de la tarta de calabaza que hizo la abuela? Oh... - dijo cuándo advirtió que había otra mujer allí, que no era de su familia - Soy Lucy, encantada - sentenció la adolescente. Llevaba una excelente "P" mostrando que era prefecta de su casa. Era prefecta de Gryffindor.

James Potter y el regreso de los mortífagos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora