CAP.10 - Si vis pacem, para bellum.

322 23 7
                                    

(Si quieres paz, prepara la guerra)

Shiryu y Shun se presentaron de improviso en el jardín de atrás de la casa donde sólo encontraron a Hyoga.

- ¡Qué bien que llegasteis hermanos! No oí el coche. - Se levantó para saludarles con un abrazo. - ¡Seiya, Saori, los chicos ya llegaron! - gritó.

En poco tiempo aparecieron los dos que faltaban, Saori sostenía una fuente con una lasaña de aspecto muy apetecible que se esforzaba por apartar de un Seiya que revoloteaba a su alrededor babeando.

- ¡Dios mío Shiryu qué te pasó en la cara! - el profundo corte del moreno no pasaba desapercibido.

- Buff... una larga historia... ¡Las hormonas que se os revolucionan cuando vais a ser mamás! - le vino bien compartir su reciente alegría para alejar la atención sobre su herida.

-!CÓMO?! - gritaron al unísono, sólo el ruido de la fuente de cristal cayendo y de la lasaña desparramándose por el piso pudo hacerles la competencia.

- Me temo que tendremos que pedir una pizza... - Seiya miraba apenado el desastre culinario, mientras el resto digería su comentario, sólo él era capaz de preguntarse por la comida en ese momento.

%%%%%%%%%%%

Shunrei no se encontraba nada bien esa mañana. No había sido sincera con Shiryu para que no se preocupara y se reuniera con sus hermanos, sabía que toda esa nueva relación que estaba naciendo entre ellos era muy importante para él. Pero ahora se arrepentía y mucho.

Las náuseas estaban siendo horribles, se notaba sin fuerzas y a punto de desfallecer. Cuando ya no pudo más decidió tomar aquella ayuda que tan amablemente la enfermera del hospital le había ofrecido. Le costaba incluso ver los símbolos en su teléfono.

-¿Sí? ¿Quién es?

- Hola soy Shunrei, la chica embarazada del hospital, me diste tú teléfono el otro día, siento molestarte.

-¡Ah, sí! Te recuerdo. La pareja tan bonita de china. ¿Está todo bien Shunrei? Bueno, si me has llamado, me temo que igual no tanto.

Lo cierto es que no, me encuentro muy mal esta mañana, las náuseas están pudiendo conmigo y me siento muy mareada y casi sin fuerzas.

-Uhm... entiendo. Mira creo recordar que no vivías muy lejos de mi casa, te acercaré algo de Carivan, es un medicamento que creo te hará bien, mientras tanto toma té con jengibre, te ayudará.

Muchísimas gracias, te prometo que si no estuviera realmente mal no hubiera osado importunarte.

-Ni te preocupes Shunrei, me encanta mi trabajo y si te di mi teléfono fue precisamente para estas cosas. Ahora descansa, llegaré pronto.

- Muchas gracias, te esperaré con un té. - rió.

"Qué chica tan agradable" pensó Shunrei tras colgar.

Cuando pensaba en todo lo que se le venía encima, ser madre, ser padres, se agobiaba ¡era una auténtica locura! Aunque siempre lo había deseado, ahora se sentía aterrada desde que todo se había vuelto real para ambos.

Se recostó en el sofá con el té con jengibre, era chica de palabra. Su memoria le llevó caprichosa al día en que todo comenzó con Shiryu...

(Flashback)

Siempre le había encantado su trabajo de asistente social, cuidar de la gente, pero sobre todo de las personas mayores, le despertaban una especial ternura y admiración, al fin y al cabo sus historias tenían muchos más capítulos que las del resto.

El honor de un hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora