CAP. 21 DIES IRAE

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("Día de ira")

Prácticamente le arrastró por el pasillo hasta encerrarle en el despacho. ¡Qué diablos le pasaba! La joven no daba crédito a su actitud, vale que su relación nunca fuera buena y que, por su culpa, él había perdido a su hermana, pero su padre estaba debatiéndose entre la vida y la muerte y a él lo único que se le había ocurrido era entrar dando gritos y maldiciéndole.

— ¡Estás loco o qué? ¿Qué pretendías hacer, desenchufarle?

— Deberías dejar de meterte donde no te llaman —la recriminó al verse encerrado.

— ¿Desde cuándo los asuntos de mi familia no me competen? Sobre todo cuando esos asuntos implican a mi abuelo a punto de ser despertado por un psicópata.

— Vamos Saori... esta farsa nunca fue una familia. Además, no iba a desenchufar su soporte vital, solo los calmantes para que despertara. Necesito hablar con él de mi hermana.

Su enojo era evidente a pesar de que se mantenía de espaldas a ella, conocía muy bien su carácter impulsivo como para ser consciente de la contención de la que estaba haciendo gala en ese momento, por lo que decidió tener paciencia con él.

— Seiya... —apoyó su mano con cautela sobre su hombro esperando que con ello él se calmara; pero por el contrario solo obtuvo rechazo, sintiéndose triste al ver como repelía su contacto—. Ya casi no es consciente de lo que le rodea, el dolor es cada vez más agudo y los médicos le mantienen casi siempre sedado, poco ibas a obtener de él en este momento aunque le retiremos la medicación, sólo causarle un dolor terrible.

—Pues esa es mi única opción, tampoco pasará nada porque sufra un poco y pruebe de su propia medicina para variar.

— ¿Por qué eres tan cruel? Tú no eras así...

— Tú no sabes cómo soy —la mirada de ira que le dedicó con sus palabras la dejó helada—. Tú no has vivido lo mismo que nosotros, a ese mal llamado padre nunca le preocupamos. Lo sabes muy bien, lo que pasa es que siempre lo has ignorado, has preferido protegerle a él, al monstruo ¿y ahora me vienes con esas?

— ¿Crees que me siento orgullosa de ello? Sólo era una niña Seiya... una niña a la que él siempre mantuvo entre algodones, yo no lo elegí, no me culpes por ello. A cada uno de nosotros nos sometió a su manera, pero no creo que su intención fuera mala, él solo...

— ¿Él solo qué Saori?

De nuevo aquella mirada que la enfrentaba, había rabia y dolor en ella pero también decepción, esto último era lo que más dolor la causaba, llegando atravesar su pecho como una afilada flecha.

— Es un viejo Seiya... un viejo moribundo. Se mejor que él, déjale ir en paz... solo eso.

— Me pides compasión para el que nunca la tuvo... ¿acaso él hizo acopio de esa compasión cuan Tatsumi descargaba su cinturón contra nuestras espaldas? No tengo motivos para ser bondadoso mientras mi hermana está ahí fuera lejos de mí, si para encontrarla tengo que arrebatarle la verdad a golpes no dudes que lo haré.

Sus miradas se enfrentaron por un momento. Saori no sabía qué contestar a sus reproches, le entendía en cierto modo pero, por otro lado, la preocupación por la salud de su abuelo y las consecuencias que en la misma podría tener un encuentro con Seiya en ese estado la preocupaban. Sin embargo, aquel silencio no fue bien interpretado por el joven cuya paciencia había llegado a su límite.

—De todos modos no sé qué hago dándote explicaciones a ti. No te debo nada. No eres nadie para mí, toda mi vida has sido un estorbo. Crees que todos debemos de obedecer y comulgar ante tus caprichos, pero ya estoy harto de ti y de él... sois igual de despreciables ambos. Espero que acabes igual de sola y amargada que él, al fin y al cabo ninguno habéis tenido nunca una familia que os quiera.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2017 ⏰

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El honor de un hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora