Epílogo

655 31 8
                                    

Once de febrero, primera presentación de mi libro.

Dos semanas antes mi libro había salido a la venta, dos semanas que llevaba escondiéndome de Enzo.

Quinta y última parte de plan llevada a cabo.

Nervios carcomiéndome desde hacía meses preparados para explotar en cualquier momento.

Con Andrea aparecimos dos horas antes en la librería en la que sería la presentación para ultimar detalles. No me había hablado mucho, aunque tampoco me veía yo muy capaz de responderle. En ese momento me arrepentía totalmente de la que habíamos liado, no sabía en qué momento me había parecido buena idea.

Y no, no me consolaba que a todos mis seres queridos y a mis lectores les gustase el final.

Le vi entrar y si no fuese porque Andrea me tenía sujeta por el brazo habría salido corriendo en dirección contraria. Total, nadie me juzgaría, o eso creo.

Iba acompañado de mi padre, de los suyos, de mi tía, de Ana y su marido. Su hermano ya me había enviado un WhatsApp de ánimo, pero estaba fuera de la ciudad y le era imposible acudir.

Vi a mi tía y a Ana sonreírme intentando infundirme valor y les devolví la sonrisa nerviosa. Ya no podía echarme atrás.

No sé deciros si la presentación se me hizo extremadamente larga o corta, pero cuando llegó el tiempo de las firmas todavía no estaba preparada.

—Allá vamos —escuché que me susurraba Andrea antes de alejarse con mi familia.

Fueron pasando por orden, Enzo estaba sentado hacia la mitad de la sala, por lo que aún tenían que pasar bastantes personas hasta que le tocase.

Desde luego, recordaré esa firma para siempre, aparte de ser mi libro más especial hasta el momento, el amor de cada uno de los allí presentes no puedo expresarlo con palabras.

Algunos me pedían que les dedicase el libro, pero otros también pedían fotos y más de uno me trajo cartas que durante los siguientes días leí con todo mi cariño.

Cuando se acercó, mantuve por unos segundos la vista fija en su camisa de cuadros antes de levantar por fin la mirada hasta su rostro.

Había llegado el temido momento.

Abrí el libro, pero su voz me paró.

—La última hoja.

Respiré hondo y fui hasta el final del epílogo donde Julia hacía la temida pregunta.

<<—¿Quieres casarte conmigo?>>

Y debajo de aquellas letras escritas a ordenador, había dos más, estas escritas con boli de tinta negra y ligeramente mayores al resto.

<<Sí.>>

Antes de que ni siquiera pudiese asimilar lo que significaba a mi lado escuché el ruido de alguien descorchando una botella de champan, al girarme ahí estaba mi padre con una sonrisa sirviendo las primeras copas.

Miré alrededor sorprendida y la mayoría de las personas ya tenían una copa en su mano. Andrea tan eficiente como siempre, ayudada por los dueños de la biblioteca había preparado todo para que nadie se quedase sin celebrar.

Nadie se acercó a mí, supongo que, esperando mi reacción cosa que agradecí.

Los brazos de Enzo me rodearon con cariño a la vez que los míos se enganchaban a su cuello.

—Has estado todo este tiempo huyendo de mí —dijo haciendo un puchero.

—Tenía miedo de tu respuesta.

—Jamás tengas miedo de ella. Siempre elegiré la opción que incluya permanecer a tu lado.

—Te quiero.

—Te quiero.

Unimos nuestros labios entre los aplausos y los gritos de la gente, pero sin ser conscientes de nada más que de nosotros mismos.

Ya no sé quién reía, lloraba o gritaba, solo sé que había un jolgorio enorme. Todo el mundo quería darnos la enhorabuena.


Los primeros en felicitarnos fueron nuestros padres, seguidos de Andrea y José, mientras nuestras tías esperaban su momento ligeramente apartadas.

Nos acercamos hasta ellas uniéndonos en un abrazo los cuatro.

Todas las felicitaciones fueron especiales, pero el momento en el que mi tía me abrazó y prometió estar orgullosa de mí, será algo que jamás olvide.

Su abrazo firme a mi alrededor era una promesa de que ocurriese lo que ocurriese ella siempre me ayudaría.   


***

Y aquí está el final, desde luego no estoy preparada para decirles adiós a Enzo y Celia y no sé si alguna vez lo estaré.

Han sido sin duda unos personajes realmente especiales para mí y no solo ellos, también sus tíos, padres e incluso la pequeña Edelweiss. 

Poniendo esta historia que me rondaba por la cabeza sobre el papel he reído, pero también llorado, sobre todo en esos momentos de intimidad entre Enzo y Celia donde se puede ver todo lo que se quieren. 

Y espero, que en vosotros esta historia haya despertado los mismos sentimientos.  Si lo ha hecho espero vuestros votos y comentarios contándomelo, pero también quiero que me comentéis todo lo que se os pase por la cabeza.

Con mucho amor, 

Pau.


Podéis encontrarme también en Instagram como 13_palabras, estaré encantada de recibiros por allí y hablar con vosotros:)

¿Quieres casarte conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora