Skater Girl [camren]

Capitulo 36

— ¿Sabes? Nunca te he visto usándola.— señalo a la bicicleta.

— Claro que si.— afirmo sonriendo.

— Nop, sólo montarla, no haciendo lo que se supone que hace.— inquirió.

— ¿Y que es lo que se supone que se hace?.— pregunto levantando una ceja.

— Tu sabes, alguna clase de piruetas o trucos, ese tipo no es para salir a montarla o dar un paseo, el manubrio el diferente y el asiento esta muy abajo.— señalaba los detalles.

— Buen ojo.— sonrio de lado.— Pero tienes razón, no lo he hecho.— aparato su cabello de la cara.

La castaña y la ojiverde se encontraban nuevamente en el viejo hotel, esa misma noche después de comer pizza, el lugar era una porquería, había vasos por doquier, alguna especie de liquido de dudosa procedencia en el suelo.

Era muy tarde, sin embargo las dos chicas habían dicho a sus padres que se quedarían con Normani y Dinah, las otras dos chicas ya tenían una excusa y lo que dirían. Camila seguía preocupada por su madre, no tenia noticias hace días y su padre se comportaba raro. Pero la castaña le restaba importancia, ahora estaba disfrutando una noche-madrugada con la ojiverde, estaban sentadas en la orilla de la vieja piscina.

— ¿Este lugar alguna vez...funciono?.— preguntaba la ojiverde, frotando sus brazos por el frío. No admitiría ante la castaña que no quería dormir, tal vez reaccione mal a las pesadillas.

— Algún tiempo, papá dijo que lo clausuraron por mal comportamiento de parte de los empleados. Habían quejas de los que se hospedaban diciendo que escuchaban mucho ruido por las noches, que tocaban sus puertas y pasos corriendo.

— De acuerdo, es un poco incomodo.

— ¿En serio? Creí que no le temías a las leyendas.

— No le temo a las películas porque se que no son reales, pero estamos en este lugar ahora, de noche, solas.

— Bueno, yo le temo a las películas porque tengo pesadillas con los rostros o las escena fuertes, con ruidos y esas cosas. Pero supongo que este lugar me hace sentir bien...como segura....es extraño. Parece espeluznante... — relataba mientras veía la vieja estructura.— un lugar embrujado o con una historia muy buena detrás, pero algo en él me hace sentir tranquila....es confuso. Nicolás nunca ha querido entrar, Dylan entro dos veces y salio muy asustado, sólo Dinah y yo nos atrevemos a entrar.

Dirigió su mirada a la callada ojiverde, que admiraba su entorno, todo estaba callado, muy silencioso por parte de los grillos y otros insectos, la luz de la luna las acompañaba en su momento.

— No es muy grande, solo tiene cuatro pisos y todas las habitaciones están vacías, lo querían demoler para construir alguna cosa. Papá lo impidió.— sonrió melancólica.

— ¿Has entrado a todas?.— pregunto frunciendo las cejas.

— Si, Dinah y yo teníamos curiosidad así que lo hicimos. Solo hay polvo por todos lados, las puertas se caen por la madera podrida y la pintura esta desgastada. Descubrimos una escalera que lleva al tejado...¿quieres subir?.— pregunto mirándola a los ojos, esperando un asentimiento.

— No lo se Camz...

— Vamos, las veces que he entrado han sido de noche y prometo que no he escuchado nada raro...— tomo su mano entre las suyas haciendo un puchero.

— ¿Segura? Porque mi padre me espera mañana a primera hora y en una pieza.

— Segurisima, te gustara.