Matthew.
Me quedo en silencio viendo el patio trasero de la casa de mis padres, que es mucho más grande de lo que recuerdo. Mucho más grande.
—Llegó de último momento, pero al menos nos invitó a Andrew y a mí a la boda—le digo a mamá, quién está sentada a mi lado, con sus lentes oscuros, tomando su té helado.
—No puedo creer que Connor se casé—admite— aún los recuerdo de jóvenes jugando a ser grandes, encerrados en tu cuarto y sólo escuchando sus carcajadas.
—¿Sabes qué me sorprende? que se casa con una chica que conoció hace como once años.
—¿Sorprendido, decepcionado o lo envidias?—me interroga mamá mientras se pone los lentes sobre su cabeza.
—Sólo... sorprendido—le digo—. Nada de decepción, quizá un poco de envidia de que no dejó ir a la persona que quería.
—Nunca supe qué pasó con la chica linda e inglesa—me mira mamá con una sonrisa pícara.
Aquella chica que me recordaba mucho a Courtney, igual de linda sólo que inglesa, de algún modo me daba esperanza de que todo iba a estar bien de nuevo. Hasta que se fue de mi vida.
—Nos dimos cuenta de que las cosas no iba a funcionar... después de casi dos años, por fin nos dimos cuenta. O ella se dio cuenta.
—¿Eso es todo?
Asiento con la cabeza, aún sin creer que así de fácil terminó todo. Un día tan común, llegó a mi habitación y me dijo tres sencillas palabras que a todos aterran: tenemos que hablar. Y eso hicimos, o quizá sólo eso hizo ella, porque yo sólo me senté a escucharla hablar y ver como sus ojos se volvían tristes y quizá ansiosos de que todo terminara.
— ¿Y por qué decidieron casarse aquí?
— Ambos querían casarse en el lugar donde crecieron— le explico— ya sabes, sus tonterías de románticos.
*
Estaciono el auto y veo que la mayoría de personas está afuera de la iglesia, esperando a que todo inicie. A que los novios por fin sean esposos.
— ¿Sabes que es más que seguro que la veas?— pregunta Andrew, que observa a todo el mundo por el parabrisas.
Yo sólo asiento con la cabeza, imaginándola o quizá cuestionándome si ella vino. Si ella y Cristina aún son mejores amigas. Si vamos a vernos.
— No sé si fue buena idea venir— le digo—. Creo que Connor nos invitó más por compromiso que porque alguna vez fuimos el trío mortal.
— Hace mucho no nos decíamos "trío mortal"— sonríe mientras desabrocha el cinturón de seguridad— . Vinimos sólo para demostrarle que no somos igual que él.
Lo veo encogerse de hombros y sale del auto. Yo todavía me quedo en el auto unos segundos, un poco ansioso de lo que podría pasar después. Camino hasta el lado de Andrew y comenzamos a unirnos a la multitud de invitados.
— La última vez que estuve aquí fue hace años— meto mis manos en las bolsas del pantalón mientras los recuerdos vienen a mi mente— ¿Recuerdas aquella chica que no usaba sostén por que según no lo necesitaba?
Andrew abre los ojos con sorpresa ante mi comentario, ya que parece recordarlo porque hace ciertas señas con sus manos que hace que alargue una risa al mismo tiempo que él.
— Gracias a dios pensaba eso— Andrew mira al cielo agradecido y después me mira— ¿Por qué la mencionas?
— Pues— alargo— , hace tiempo, misteriosamente se puso en contacto conmigo, no sé cómo consiguió dar exactamente conmigo, pero por la foto de perfil que tiene parece que ya usa sostén... quizá tres tallas extra.
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Enamorada para siempre.
Teen FictionGracias por lograr este sueño. Libro publicado en físico por la editorial sélector. "-¿Hasta que el destino nos vuelva a juntar? -Hasta el destino nos vuelva a juntar. Se prometieron sin saber, que un día el destino los iba a juntar sólo para hacer...