Hay mucha gente. La musica esta muy alta. Ahora recuerdo porque no me gustan las fiestas.
Dana baila despreocupadamente mientras yo me preocupo de que no se me vea más de lo necesario. La canción termina y salimos de la pista de baile, por así decirlo, ya que es el salón de la casa de Dylan sin los sofas.
- Vamos, Eve, anima esa cara. Estas en una fiesta.- da un manotazo a mi mano.- Y dejate el vestido, no se te ve nada.- me regaña.
- Es que... estoy algo incomoda...- digo.
- Tonterías. Ten, bebelo.- me tiende un vaso con un líquido azul.
- ¿Qué es?- pregunto desconfiada.
- Tú bebelo.
- ¿Pero y si tiene droga o algo de eso?
- ¿Desconfias de tu mejor amiga?- niego con la cabeza.- Bebetelo.
Tomo el vaso y le doy un sorbo. Mmm... es dulce aunque abrasa al final. Esta rico. Bebo más y cuando me doy cuenta se ha acabado. Dana suelta una carcajada.
- Toma otro.- dice.
Me da otro vaso y lo bebo. Y otro. Y otro. Y otro más. Cuando termino el último me encuentro algo mareada pero bien. Animada. Oigo a Dana reirse.
- Vamos a bailar.- me dice tomandome de la mano.
Suelto una risa. Llegamos a la pista y comenzamos a movernos al ritmo de la musica. Se siente bien. Muevo mis caderas sin preocuparme del vestido. Muevo mis pies sin preocuparme por los tacones. Bailo. Me siento feliz, me siento euforica. Mi corazón late fuertemente. Rio. Me siento libre. Dana me dice algo con una sonrisa pero no la escucho por culpa de la musica. Noto unas manos en mi cintura. Me giro. Es Dylan. Bailo con él. Me da igual todo. Me da igual que no me caiga del todo bien. Veo a Dana tambien bailando con un chico unos metros más allá. Sonrio y me dejo llevar. Dylan se acerca a mi oido.
- ¿Te lo estas pasando bien?- me pregunta con voz seductora.
Asiento energicamente. Seguimos bailando hasta que me duelen los pies. Dylan me arrastra a la cocina y me da una bebida. La bebo rapidamente y él la suya. La gente charla animadamente mientras algunas parejas se dan el lote. Busco a Dana con la mirada y la veo besandose con el chico con el que bailaba antes. Sonrio tontamente. No me extraña viniendo de ella.
- ¿Estas bien?- me pregunta Dylan.
- Si, ¿por qué?- respondo.
- Porque estas sonriendo.
- ¿Te molesta?
- No, me gusta.
Acabo de ser consciente de que estoy acorralada en una pared y Dylan me impide el paso. Tiene una mano apoyada en la pared y otra en mi cadera. Su mano sube, deslizandose por mi cuerpo.
- Hemos empezado con mal pie, creo.- me susurra al oido.
- Sí, porque eres un imbecil.- suelto una risita. ¿Que me pasa?
- Evelyn... me gustaría que fuesemos amigos.- vuelve a susurrarme seductoramente.
- ¿Amigos?
- Si.
Se acerca aún más a mi oido. Noto su calido aliento en mi oreja. Besa suavemente detrás de ella y contengo un gemido. Crea un recorrido de besos por mi cuello, llegando a mis mejillas. Las besa tiernamente y se acerca a la comisura de los labios. Para y se separa de mi. Suelto otra risita.
- No pares ahora.- digo.
Me mira con una sonrisa curiosa y se lanza a por mí. Me besa freneticamente, sin descanso. Nuestras lenguas bailan pegadas. Sus manos recorren mi cuerpo. Se separa de mí de golpe y me dice:
- Vamos arriba.