Capitulo 11.

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Dos semanas y seis días.

Me levanto de la cama con mucho calor y sobresaltada. Había tenido una pesadilla. Salgo de la cama y me arrastro hasta la cocina.

- Buenos días.- dice Matt sonriente.

Espera. ¿Matt? ¿Qué hace aquí? Joder, que ahora vive aquí, me había olvidado.

Me miro de arriba a abajo y me pongo roja. Estoy en ropa interior. Delante de Matt. Parada.

Salgo corriendo a mi habitación muerta de la vergüenza. Cierro la puerta y me apoyo en ella. Genial, he hecho el ridiculo. Matt llama suavemente a mi puerta.

- Eve, ¿estas bien?- oigo desde el otro lado.

Trago saliva.

- S-si, dame un segundo.- contesto.

Entro en mi diminuto vestidor en busca de algo de pijama. Encuentro unos pantalones cortos blancos con finas lineas moradas, quizá demasiado cortos, y una camiseta de tirantes morada.

Salgo de la habitación con la poca dignidad que me queda. Matt me mira divertido.

- ¿En serio te has ido porque estabas en ropa interior?- estalla en carcajadas.

- No es gracioso. No deberías haberme visto.- digo enfadada.

- Eve, ya te he visto en ropa interior, ¿recuerdas? Ademas, no eres la primera a la que veo.

Le lanzo una mirada de furia y le dio la espalda.

- Oh, venga, no te enfades. Te he hecho el desayuno.- me dice sujetandome por el hombro.

Miro a la encimera de la cocina y veo un par de tostadas, un zumo de naranja y un vaso de leche con cacao. Me emociono. Nadie me había preparado algo así nunca.

- Gracias...- murmuro emocionada.

Empiezo a comer con entusiasmo. Matt me observa y sonrie.

- Deja de mirarme.- digo con la boca medio llena.

Cojo una zapatilla y se la tiro. Matt la coge al vuelo.

- Ey, relaja, enana.- dice sonriendo.

Estupida y sensual sonrisa.

Termino de desayunar y recojo las cosas. Voy a la habitación de Matt y toco suavemente la puerta.

- Adelante.- dice desde dentro.

Entro y veo a Matt colocando ropa en el armario. En el suelo hay algunas cajas repletas de cosas.

- ¿Necesitas ayuda?- pregunto.

- No me vendría mal.- responde.

Empiezo a desembalar algunas figuras extrañas, serán recuerdos. Tambien le ayudo a meter ropa en el armario. Mientras, Matt me cuenta como fue su experiencia.

- Cuando se me acabó el tiempo, tuve que situarme en el espejo. Tenía que elegir, o hacer el ritual para convertirme en Sjena o en Odraz. Tenía clara mi decisión, sería un Sjena. Dibujé el dibujo que se necesitaba para que el reflejo saliese. Una vez hecho, mi reflejo empezó a materializarse. Salió del espejo. Era raro verme a mi mismo en carne y hueso, era como si estuviese enfrente de mi gemelo malvado. Mi reflejo empezó a correr hacía mí y comenzamos a pelear. Mi reflejo se debilitaba, era el momento de recitar las palabras, "Tu eres parte de mí, no yo de tí, ¡SJENA!" y mi reflejo quedó atrapado en mí, dejandome las marcas de la espalda.

Me quedo asombrada. Todo eso podría pasarme a mí...

Continuamos colancando las cosas. Según desembalo, me doy cuenta de una cosa.

- Oye Matt...¿no tienes fotos?- pregunto.

Me mira con nostalgia.

- No salgo en ellas.- sonrie amargamente.

¿QUE? ¿No podré capturar los grandes momentos de mi vida? Mis ojos se humeden.

Cada vez tengo más claro que no quiero perder mi reflejo.

Reflejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora