Dos semanas y seis días.
Me levanto de la cama con mucho calor y sobresaltada. Había tenido una pesadilla. Salgo de la cama y me arrastro hasta la cocina.
- Buenos días.- dice Matt sonriente.
Espera. ¿Matt? ¿Qué hace aquí? Joder, que ahora vive aquí, me había olvidado.
Me miro de arriba a abajo y me pongo roja. Estoy en ropa interior. Delante de Matt. Parada.
Salgo corriendo a mi habitación muerta de la vergüenza. Cierro la puerta y me apoyo en ella. Genial, he hecho el ridiculo. Matt llama suavemente a mi puerta.
- Eve, ¿estas bien?- oigo desde el otro lado.
Trago saliva.
- S-si, dame un segundo.- contesto.
Entro en mi diminuto vestidor en busca de algo de pijama. Encuentro unos pantalones cortos blancos con finas lineas moradas, quizá demasiado cortos, y una camiseta de tirantes morada.
Salgo de la habitación con la poca dignidad que me queda. Matt me mira divertido.
- ¿En serio te has ido porque estabas en ropa interior?- estalla en carcajadas.
- No es gracioso. No deberías haberme visto.- digo enfadada.
- Eve, ya te he visto en ropa interior, ¿recuerdas? Ademas, no eres la primera a la que veo.
Le lanzo una mirada de furia y le dio la espalda.
- Oh, venga, no te enfades. Te he hecho el desayuno.- me dice sujetandome por el hombro.
Miro a la encimera de la cocina y veo un par de tostadas, un zumo de naranja y un vaso de leche con cacao. Me emociono. Nadie me había preparado algo así nunca.
- Gracias...- murmuro emocionada.
Empiezo a comer con entusiasmo. Matt me observa y sonrie.
- Deja de mirarme.- digo con la boca medio llena.
Cojo una zapatilla y se la tiro. Matt la coge al vuelo.
- Ey, relaja, enana.- dice sonriendo.
Estupida y sensual sonrisa.
Termino de desayunar y recojo las cosas. Voy a la habitación de Matt y toco suavemente la puerta.
- Adelante.- dice desde dentro.
Entro y veo a Matt colocando ropa en el armario. En el suelo hay algunas cajas repletas de cosas.
- ¿Necesitas ayuda?- pregunto.
- No me vendría mal.- responde.
Empiezo a desembalar algunas figuras extrañas, serán recuerdos. Tambien le ayudo a meter ropa en el armario. Mientras, Matt me cuenta como fue su experiencia.
- Cuando se me acabó el tiempo, tuve que situarme en el espejo. Tenía que elegir, o hacer el ritual para convertirme en Sjena o en Odraz. Tenía clara mi decisión, sería un Sjena. Dibujé el dibujo que se necesitaba para que el reflejo saliese. Una vez hecho, mi reflejo empezó a materializarse. Salió del espejo. Era raro verme a mi mismo en carne y hueso, era como si estuviese enfrente de mi gemelo malvado. Mi reflejo empezó a correr hacía mí y comenzamos a pelear. Mi reflejo se debilitaba, era el momento de recitar las palabras, "Tu eres parte de mí, no yo de tí, ¡SJENA!" y mi reflejo quedó atrapado en mí, dejandome las marcas de la espalda.
Me quedo asombrada. Todo eso podría pasarme a mí...
Continuamos colancando las cosas. Según desembalo, me doy cuenta de una cosa.
- Oye Matt...¿no tienes fotos?- pregunto.
Me mira con nostalgia.
- No salgo en ellas.- sonrie amargamente.
¿QUE? ¿No podré capturar los grandes momentos de mi vida? Mis ojos se humeden.
Cada vez tengo más claro que no quiero perder mi reflejo.