Bajamos por las escaleras y tropiezo con el último escalón. Matt me sujeta y sonrie.
- Eres muy torpe por lo que veo.- dice divertido.
Le miro con furia.
- ¿A donde vamos?- pregunto.
- De visita. Alguien que te puede ayudar.- responde serio.
Me conduce hasta un callejón.
- ¿Es aquí?- pregunto asqueada.- No te lo tomes a mal, pero parece que vamos a comprar droga o algo así.
Matt suelta una carcajada.
- Que va, enana.- responde divertido.
- ¿Entonces que hacemos aquí?
Matt me sonrie y se acerca a mí. Me coge en brazos por sorpresa. Suelto un gritito y Matt se rie.
- Nos vamos.- dice alegremente.
- ¿Irnos? ¿Como?- pregunto desconcertada. De repente caigo en como vamos a ir.- Oh, Dios, no. No, no, no. Matt, no.- protesto pero ya es inutil.
Matt comienza a correr a una velocidad inhumana. Me agarro fuertemente a su cuello. Empiezo a notar como me ahogo. El aire no llega a mis pulmones. Todo es confuso a mi alrededor, solo veo formas nublosas y sin sentido. Matt para. Poco a poco consigo respirar con normalidad.
- Creo que he olvidado decirte que cogieras aire.- dice divertido.
- ¿Tú crees?- le pregunto echandole una mirada asesina.
Matt sonrie y me doy cuenta de que estoy muy cerca de él. Su boca está a pocos centimetros de la mía. Me sonrojo y bajo la cabeza. Matt sigue andando conmigo en brazos.
- ¿Hemos llegado?- pregunto.
- Estamos a unas dos calles.- responde.
- ¿No crees que puedo andar por mí misma?
Matt me mira y se sonrojo. Me baja al suelo y yo aliso mis ropas.
- Perdona.- se disculpa.
Sonrio restandole importancia. Ajora me siento extraña. Me había acostumbrado al frío cuerpo de Matt. No quería bajar. ¿Por qué lo he dicho? Estaba muy agusto entre sus brazos, apoyada en su pecho. Me gustaba estar ahí. Deseo estar ahí de nuevo. Tonta, tonta y más tonta que soy. Me muerdo el labio de la rabia. Matt me mira.
- ¿Te pasa algo, Eve?- pregunta.
- No, tranquilo, no es nada.
Matt asiente.
- Vamos, nos estan esperando.- dice.
Caminamos hasta un edificio. Matt llama a un timbre e inmediatamente le abren. Entramos y Matt sube por las escaleras, como siempre.
- ¿Por qué nunca subes en ascensor?- pregunto.
- Los ascensores suelen tener espejos. No me gusta ir en ascensor cuando voy acompañado, supongo que ya me he acostumbrado a subir siempre por las escaleras.- responde monotonamente.
- Yo ya te he visto. No me importa.
- ¿De verdad?
Asiento. Matt coge mi mano y me conduce al ascensor. Se abre la puerta y entramos. Me situo cara al espejo. Noto que Matt apoya sus manos en mi cadera. Está detrás de mí, pero en el espejo solo estoy yo. Noto el aliento de Matt en mi oreja.
- No es algo agradable, ¿verdad?- me susurra.- Tú puedes verte... yo no. A veces es doloroso, sobre todo en compañía.
Me giró hacía él y le miro con tristeza. Le aparto un mechon de su pelo de los ojos y mi mirada cambia a una de ternura.
- No quiero que te conviertas en un Sjena, pero tampoco en un Odraz. Es mucho peor, creeme. Por eso quiero encontrar una solución para tí. Por eso hago esto.- me dice mirandome a los ojos.
No puedo responder. Estoy paralizada. Solo siento el frio cuerpo de Matt y mi corazón bombeante. Notó los latidos zumbando en mis oidos.
Un timbre suena y la puerta se abre. Hemos llegado a donde quiera que sea que estamos. Matt se separa de mí y vuelvo a sentir un vacío dentro de mí.
- Venga, nos esperan.