Mi mirada pasa de Dana, que me mira con atención, a Matt, que tiene la cabeza agachada, con la mirada perdida. Poco a poco suelto mi mano de la suya y me alejo de él. No aparto mis ojos de él. Matt levanta la cabeza y me mira con dolor.
- Eve...- susurra.
- Asesino.- escupo.
- Deja que te explique.
- Asesino.- repito.
- Eve... no queria que te enterases así.
- ¿Y que pensabas hacer? ¿Cuando llegase mi día decirme "Oye. Eve, te he mentido todo este tiempo. Por cierto, mata a este hombre inocente para ser igual que yo, alguien sin reflejo e incapaz de hacer una vida normal."?
Matt agacha la cabeza avergonzado.
- No...
Mis ojos se humedecen. ¿Como he podido ser tan tonta?
- Vete. Me has mentido. No soporto las mentiras.- murmuro.
- Eve, yo...
- ¡QUE TE VAYAS!- estallo enfadada.
Matt me mira dolido. Se va a su habitación y vuelve con una mochila.
Mientras, Dana se acerca a mí y me abraza. Matt me mira dolido una vez más. Abre la puerta principal.
- Eve, por favor...- suplica.
Desvio mi mirada. Matt suspira resignado.
- Vendré a por el resto de mis cosas en unos días.- dice.
Mantengo mi mirada fija en el suelo. Sé que me esta mirando. Oigo como se cierra la puerta. Noto como mis mejillas se llenan de lagrimas. Sin darme cuenta, estoy llorando. Dana me abraza más fuerte y me susurra:
- Es lo correcto, Eve... es lo correcto.
Levanto mi cabeza.
- ¿Por qué, Dana, por qué a mí?- pregunto con voz temblorosa.- ¿Por qué esto duele tanto? Para una vez que me enamoro...- mi voz se quiebra dando paso al llanto.
Dana acaricia maternalmente mi cabeza y me atrae a su hombro.
- A todos nos toca sufrir alguna vez... es ley de vida.
Sigo llorando hasta que la falta de lagrimas me impide seguir haciendolo.
- Dana...- murmuro.
- Dime.
- Cuentame todo. La pura verdad, por favor.- le pido.
Dana sacude su melena rubia.
- Esta bien. Bueno, es verdad que hay dos "razas", por así decirlo, los Odraz, como Dylan y yo...
- ¿Sabes que Dylan es un Odraz?- pregunto sorprendida.
- Por supuesto.- responde.- Bueno, como te iba diciendo, estamos los Odraz y los Sjena, como Matt. Los Sjena son personas que absorbieron su reflejo, pagando con la sangre de personas inocentes. De hecho, tienes que seguir regenerando cada cierto tiempo para contener el reflejo dentro de ellos o morirán. Matan sin pudor alguno, cruel y despiadadamente.
"Eso explicaría las heridas y moratones que Matt solía tener" pienso.
- ¿Y que hay de vosotros?- pregunto con timidez.
- Es cierto que somos nuestro reflejo. Pero sigo siendo yo. Mi apariencia, mis ideas, mis pensamientos, mis sentimientos, son los mismo de antes.- responde.- Sigo siendo yo, Eve.
- ¿Hace cuanto eres un...?
- Hace unos 3 años. Cuando terminamos el instituto me convertí.- responde Dana melancolica.
- ¿Y en que cambias?
- En realidad, no cambia nada. Simplemente ahora soy más fuerte, con más presencia, diria yo. Mi cuerpo es más resistente y mejor formado.- dice orgullosa.- Lo unico que cambia es que una semana antes del aniversario de tu conversión, tu verdadero yo intentará volver, recurriendo a las alucionaciones que sufres y al dolor. Es muy doloroso Eve, pero mejor que ser una asesina.
- Entiendo...
Dana me mira fijamente.
- Los Sjena son peligrosos y poderosos. Pueden ser la mejor persona del mundo, pero en el momento que se transforman, el poder, la ansia de sangre fresca, el sufrimiento de sus victimas, les corrompe. Reclutan gente recurriendo a trucos sucios, como ha intentado Matt contigo. Lo peor es que están acabando con nosotros, Evelyn. Los Odraz no hacemos daño a nadie, simplemente a los Sjena. Tenemos que proteger a los humanos. Unete a nosotros, por favor.
Miro fijamente al suelo. Pienso en el daño que estan haciendo los Odraz. La gente normal está muriendo por su culpa. Piens en el daño que me ha hecho Matt. Pienso en sus mentiras, en sus engaños. Una sonrisa macabra se dibuja en mi rostro. Haré que sufra, acabaré con él. Aprenderá que nadie hace daño a Evelyn Blake.
- Sí, me uno a vosotros.
