Capitulo 12.

46 5 0
                                    

Dos semanas y tres días.

Matt sale de casa con frecuencia. No le quiero preguntar, pero me gustaría saber a donde va. Mientras yo no voy a clase. Puedo continuar mi carrera desde el ordenador. Solo tendría que presentarme a los examenes. No me voy a engañar, es por Dylan. Tengo miedo de que vuelva a intentar algo o peor, que me obligue a tocar un espejo. No quiero ser mala. Tampoco quiero perder mi reflejo. Quiero ser normal. Terminar mi carrera, empezar a trabajar en algo que me gusta, encontrar pareja, casarme y tener dos hijos, un niño y una niña. Pero no. Tengo que joderme. ¿Por qué yo? No lo entiendo...

Oigo como la puerta se abre y entra Matt.

- Buenos días.- dice sonriente.

- Hola.- respondo. Me fijo en su ropa. Hay sangre seca y el tiene pequeños arañazos en el cuello.- ¿Y eso?

Matt me mira incomodo.

- No te preocupes por ello, estoy bien.- me responde con una sonrisa.

Me desplomo en el sofá entre la montaña de apuntes.

- ¿Por qué no vas a la universidad? Tienes toda la casa llena de apuntes.- me pregunta sentandose a mi lado.

- Dylan.

- Entiendo...

Con Matt me gusta ser sincera y contarle todo, aunque él no haga lo mismo. Mi corazón se encoge levemente. Me gustaría que lo hiciese. Me gustaría que no fuera tan misterioso. Aunque ese misterio es el que me atrae. Eso y que es condenadamente guapo.

Subo las piernas al sofá y las abrazo. Matt me mira fijamente.

- Te preocupa algo, ¿verdad?- dice Matt.

Le miro y apoyo mi cabeza en mis piernas. Asiento debilmente. Matt alarga una mano hasta mi mejilla.

- Se te ve muy tierna así, enana.- dice acariciandome.- ¿Que es lo que te preocupa?

- Creo que ya lo sabes.- murmuro.

Matt chasquea la lengua y se acerca más a mí. Me envuelve con sus brazos. Mi corazón se acelera. Estoy apoyada en su pecho. Oigo sus latidos. Cierro los ojos inundandome de su olor. Oh, Dios, es maravilloso. Matt acaricia mi pelo.

- Yo tambien estaba preocupado en su momento. Es más facil de lo que crees.- me susurra al oido.

Su voz en mi oido, causa un efecto embriagador en mi.

- Pero es que yo... no sé que elegir...

Matt se separa de mí y me mira. Sus penetrantes ojos verdes imponen.

- ¿No lo tienes claro? ¿Quieres volverte malvada?- pregunta. Noto en su tono de voz algo de enfado.

- No. Pero tampoco quiero no tener reflejo.

Matt me mira por un largo rato. No dice nada, está serio.

- Lo entiendo. Por cierto, ¿te acuerdas de que te dije que te ayudaría?- dice.

- Sí.

- Pues vistete, nos vamos.

- ¿A donde?

- Tú solo vistete.

Asiento y me separo de él. Noto un pequeño vacío pero no le doy importancia. Voy a mi habitación y me visto. Me miro en el espejo. He estado evitandolo desde que me enteré de lo que me pasaba. A decir verdad, me recorren escalofrios cuando pienso en ello. El espejo está vacío. No hay nadie. No hay nada. Se refleja mi habitación, pero no estoy yo. Me quedo paralizada. ¿Por qué no estoy? ¿Qué pasa aquí? De repente mi reflejo aparece. Reculo hacía atrás del susto y la impresión. Ella hace una mueca divertida. Es como si estuviera riendose de mí. Me enfado y tiro el cepillo de pelo al cristal. Este se rompe en mil pedazos. Me visto corriendo y salgo enfadada.

- Vamonos.- digo cortante.

- ¿Estas bien?- pregunta Matt preocupado.

- Perfectamente, vamonos.

Matt se encoge de hombros y salimos por la puerta.

Reflejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora