Matt me acompaña a casa. Ignoro el hecho de que él no se reflejase. Quizá estaba más alejado, por eso no se reflejaba. Sí, será eso. Subimos por las escaleras a petición de Matt. Cuando llegamos a mi puerta, nos despedimos.
- Gracias por esta mañana tan maravillosa.- dice educadamente.
- Gracias a tí por lo de anoche.- contesto.
Nos quedamos mirandonos a los ojos. De verde a gris y de gris a verde.
- Bueno, yo deberia irme...- dice Matt tras un largo silencio.
- Está bien.
Matt se acerca y besa mi mejilla derecha. Frío. Es frío.
- Por cierto,- dice. Coge mi coleta y desliza el coletero, liberando mi melena.- estas mejor con el pelo suelto, ya te lo dije.
Me da el coletero y baja por las escaleras. Me quedo quieta en el sitio, estupefacta. ¿Que me pasa? Sacudo la cabeza y entro en casa. Tiro el bolso por ahí y me desplomo en el sofá. Matt es muy agradable, muy simpatico. Siempre sonrie. Adoro su sonrisa. Una sonrisa tonta se dibuja en mi cara.
Mientras me pierdo en mis pensamientos, mis tripas protestan. Me incorporo y voy a la cocina. Busco en la nevera pero no hay nada que me apetezca comer. Cojo dinero, el movil y salgo de casa dispuesta a ir a comprar algo.
Llego a un restaurante de comida rapida. Espero la larga cola mientras decido lo que quiero. Noto como unas manos se colocan en mi cintura.
- Hola preciosa.- me dicen al oido.
Me giro y está Dylan. Me escapo de su agarre.
- Que coincidencia, ¿no crees?- pregunta mientras pone su habitual sonrisa empalagosa.
- Alejate de mí.- le escupo las palabras.
- Eh, tranquila, Evelyn. Me gustaría disculparme.
Le miro sorprendida.
- Siento lo de ayer, iba algo bebido y... bueno, no pensé mucho las cosas.- se disculpa.
Le miro con una ceja alzada.
- La culpa es mía por beber.- digo restandole importancia.
Dylan vuelve a cogerme por la cintura. Se acerca a mi oido.
- Pero no estuvo tan mal, ¿no? Aún puedo oirte jadear y gemir mi nombre...- susurra.
Me apartó de él de un empujón.
- Manten tus manos apartadas de mí.- le advierto.
Llega mi turno y pido mi comida. El chico me atiende amablemente. Me da mi pedido y salgo del restaurante. Camino unis cuantos metros cuando empieza a caer la lluvia. Decido volver al restaurante, está más cerca. Entro y me siento en una de las mesas. Miro por el cristal. Menos mal que me he resguardado, está cayendo una buena tormenta. Como mi comida tranquilamente. Veo a Dylan unas mesas más allá, aún sigue aquí. Termino de comer y voy al baño.
El restaurante está practicamente vacio, con lo cual el baño está desertico. Hago mis necesidades y salgo del habitaculo. Dylan está aquí. Se acerca a mí poco a poco.
- Dylan, vete.- le digo mientras reculo.
Él sonrie.
- No.
Me acorrala contra la pared. Sujeta mis manos. Intento escapar pero no puedo.
- Hoy no te me escapas.- me susurra al oido.
Las lagrimas se acumulan en mis ojos. Hago más fuerza pero él aprieta más mis muñecas. Duele.
- Alejate de ella.