Llego a casa y resoplo. Me quito el bolso y lo dejo encima de la encimera de la cocina. Abro la nevera y cojo el bote de zumo. Me giro hacia la estanteria y cojo un vaso. Sirvo un poco de zumo. Me giro y Matt está mirandome. Doy un pequeño saltito asustada. Matt está muy serio y luce bastante mal.
- Hola.- dice con voz ronca.
- Hola...- murmuro.
Me mira con curiosidad.
- ¿Que tal el examen?- pregunta.
Me apoyo en la encimera. Me siento intimidada por su gran cuerpo.
- No ha estado mal, aprobado seguro.- respondo.
Matt sonrie timidamente.
- ¿Y Dylan? ¿Se ha acercado a ti?
- No.- miento.
Matt sonrie ampliamente. Mi corazón da un vuelco al ver su perfecta sonrisa.
- L-lo echaba de menos...- murmuro.
Matt se acerca más a mí.
- ¿El qué?
- Verte sonreir.- digo poniendome roja.
Agacho la cabeza. Matt se acerca aún más a mí y levanta mi cabeza por la barbilla. Me obliga a mirarle a los ojos. Sus ojos verdes estan sobre los míos grises.
- Yo tambien lo echaba de menos.- murmura.
- ¿Y por qué no lo has estado haciendo? Llevas unos días muy raro.- digo.
Matt me mira con curiosidad.
- He estado preocupado.- contesta.
- ¿Por qué?
- Por ti.
Mi corazón da otro vuelco.
- ¿Te preocupas por mí?- pregunto tímida.
- Pues claro, enana.
- ¿T-te importo?
Matt acaricia mi mejilla. Me mira con ternura.
- Mucho más de lo que te imaginas.- responde.
Le miro a los ojos de nuevo. Matt me sonrie de nuevo y no puedo evitar sonreir. Matt vuelve a acariciarme la mejilla.
- Eres muy bonita, enana.- me susurra.
Me sonrojo.
- G-gracias...- susurro sonrojada.
Matt entrelaza una mano suya con una mía. Oh, Dios... Estoy nerviosa. Siento un enjambre de abejas asesinas en mi estomago. Estoy sudando. Oh, mierda, espero que n lo note. Eve, tranquilizate, tú puedes. No, no puedo. No puedo teniendo a Matt a mi lado, cogiendome de la mano. Espero no ponerme a hiperventilar.
Cuando me quiero dar cuenta, estoy sobre el pecho de Matt. Me esta abrazando. Su cuerpo duro y frío me abarca. Me apoyo en él. Es tán comodo... Alzo mi cabeza y me encuentro con su mirada. No lo aguanto más. Acerco mi boca a la suya hasta que están a escasos milimetros. Notó su frío aliento sobre mis labios. Cierro los ojos inundandome de esa sensación tan placentera. Mis labios rozan los suyos y un cosquilleo me hace estremecer. De pronto, Matt se separa y se va furioso a su habitación. Oigo como da un golpe a la pared y suelta maldiciones. Mis piernas flaquean y caigo al suelo. He sido rechazada... era obvio pero igualmente duele... Las lagrimas se acumulan en mis ojos. No voy a llorar. Tengo que ser fuerte.
Oigo pasos al cabo de unos minutos y alzo mi cabeza. Matt me mira con ternura.
- Eve... hagamos como que no ha pasado nada.- dice.
Asiento. Es lo mejor. Matt me tiende una mano y me levanta. Seguidamente me estrecha entre sus brazos. Despues de un rato, me suelta.
- Voy a salir, enana, nos vemos luego.- dice.
Se gira y veo en su cuello unas marcas rojas y su barbilla está amoratada. No le doy importancia.
Matt cierra la puerta principal y caigo al suelo. La situación puede conmigo y empiezo a llorar. Duele. Duele saber que Matt nunca va a ser mío. Duele saber que Matt nunca me querrá. Duele saber que estoy enamorada de Matt.