Capitulo 6.

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Abro los ojos. Mi cabeza duele. Arrastro mis pies hasta la cocina en busca de una aspirina. Lleno un vaso de agu y me trago la pastilla. Me desplomo en el sofá. Los recuerdos de anoche están borrosos. Recuerdo beber mucho, bailar con Dylan, estar en una habitación con Dylan... Oh Dios, ¿que hice? Sujeto mi cabeza. Luego recuerdo cruzarme con Matt y que él me trajo a casa y... ¿me desvistió? Aish... no sé. Dioooos, soy imbecil. Espera. ¿Como sabía donde vivía? Quizá se lo dijese, no recuerdo bien. Lo que recuerdo bien son sus labios fríos sobre mi mano. Aún los noto. Voy al baño. Me miro en el espejo. Mi reflejo me sonrie y se ve bien, como si no hubiese salido de fuesta anoche. Paso mi mano por mi mejilla pero mi reflejo no lo hace. Me mira con curiosidad y... ¿maldad? No lo sé. Acerco mi mano lentamente al espejo. Mi reflejo sonrie cada vez más. Cuando estoy a punto de tocarlo, el timbre suena. Sacudo la cabeza. Miro mi reflejo y vuelve a hacer lo mismo que hago yo. Definitivamente no me sienta bien beber.

Voy a la puerta. Abro y me encuentro a Matt.

- Buenos días.- me dice.

- Hola.- respondo.

- Espero no haber interrumpido nada. Solo venía a devolverte tu movil, se debió caer anoche en mi coche y, bueno, tambien venía a ver que tal estabas... meh, es igual. Siento molestarte.

Me da el movil.

- Gracias...- susurro.- Esto... ¿quieres pasar? Te invito a desayunar, así te agradezco lo de ayer.

- ¿Tortitas?- pregunta con una sonrisa.

- Lo que quieras.- digo sonriendo.

- Acepto.

Entra timidamente a mi apartamento.

- Tardo nada en vestirme, sientate, por favor.- digo.

Matt asiente y se sienta mientras yo voy a cambiarme. Me visto rapidamente, me recojo mi pelo y salgo al salón. Cojo mi bolso.

- Ya estoy.- digo.- Vamos a ir a una cafeteria muy buena que conozco.

- ¿No vas a cocinar tú?- pregunta.

- Matt, a no ser que quieras acabar en el hospital, no me pidas que cocine.

Matt suelta una carcajada y me sonrie ampliamente. Dios, es condenadamete guapo. Salimos de casa.

Llegamos hasta la cafeteria y nos sentamos, pedimos nuestro desayuno y esperamos.

- Gracias por lo de ayer.- digo.

- No las des, ibas mal. Debiste beber mucho.- responde.

- Si... no se que me pasó, normalmente no bebo, ni siquiera me gusta salir de fiesta.

Nos traen el pedido y la camarera mira sonriendo coquetamente a Matt. Matt aparta su mirada indiferente y la camarera se aleja frustrada.

- Whoa, levantas pasiones.- digo divertida.

- Meh, no me interesa ninguna.- contesta.

- ¿Gay?

- No. Simplemente no he encontrado una chica que me llegue.

- Entiendo...

- Espera, ¿que te hace pensar que soy gay?

Me pongo roja.

- No se... has dicho que no te interesan las chicas... y bueno, es lo primero que pensé...

Matt se rie y me contagia su risa.

- Oye, una pregunta.- digo timidamente.

- Dispara.

Pensé en hacer el chiste malo de decir "Pum" pero me contuve.

- ¿Como sabías donde vivo?- preguntó.

- Me lo dijiste.- contesta. Noto en su voz algo de nerviosidad.

Asiento no muy convencida. No recuerdo haberselo dicho. Maldito alcohol. No vuelvo a beber.

Doy un sorbo a mi taza.

- ¿Eres nuevo en el barrio?- pregunto.

Matt traga un trozo de tortita bañada en sirope.

- Si, estoy aquí por temas de trabajo.- responde.

- ¿En que trabajas?

Matt suelta una carcajada. Es agradable oirle reir.

- Es complejo.- responde.

- Explicamelo.

- Es algo así como un guardaespaldas.

Sonrio y seguimos charlando. Cuando terminamos, pago la cuenta a pesar de las protestas de Matt y salimos de la cafeteria. Caminamos hasta un parque charlando animadamente. Llegamos al lago y me fijo en el agua. Solo veo mi reflejo. Miro a mi lado. Matt está ahí, pero... él no se refleja.

Reflejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora