Capítulo 12

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Todo va a estar bien, todo va a estar bien. 

Ella va a vivir, la veré respirando, sentiré sus labios. 

Cuidadosamente metí a Ámber en mi auto y me lancé al volante intentando desesperadamente meter las llaves en el encendido. Mis manos temblaban llenas de sangre y sudor mientras respiraba entrecortadamente.  

¡Maldición Daemon, enfócate! . 

Me tomé unos segundos para respirar con fuerza y calmarme. Si no estaba en control todo se iría a la mierda, no podría llegar a tiempo al hospital mas cercano. 

Metí la llave al tiempo que caía en cuenta de que el auto y el cuerpo moribundo bloqueaban mi salida, pero no me importó. Apreté el acelerador con fuerza mientras la adrenalina y la rabia quemaban a fuego vivo en mi piel. 

El auto salió despedido a un lado después de varios choques violentos, dejándome la carretera libre. Aceleré a fondo. No podía llegar tarde, no lo permitiría. 

Si Ámber muere por mi culpa.. no me lo perdonaría jamas. Ella va a estar bien, se recuperará y todo volverá como antes. 

Todo volverá como antes.. 

Ese pensamiento me oprimió el corazón. Antes... Antes estábamos peleando, gritándonos, hiriéndonos. 

Jamas será como antes.

 ¡No! ¡Sí lo será!   

Ella ya no te ama. 

—¡No, si lo hace!—Grité desesperando intentando acallar las voces. Jadeé en busca de aire. 

¡Contrólate, maldita sea!. 

La bocina de un carro me sacó de mis pensamientos con temor, íbamos a chocar.     

 ¡No, no sucederá!.

Dí un giro brusco a la derecha, subiendo por la acera y chocando con el costado de un carro estacionado. El coche vibró por la fuerza y maniobré de nuevo hasta la carretera, sin importarme. Ámber es mi prioridad ahora. 

Saqué el teléfono y marqué un numero. 

 Contestó al primer tono. 

 —Santos.—Gruñí.—Necesito que te deshagas de un cuerpo. 

—Sí, jefe.  

Faltaba solamente un puto kilómetro para llegar al hospital y no me atrevía a mirar a Ámber. 

Dí un otro giro brusco al entrar al estacionamiento del hospital y salí del auto de un salto, sin llegar a estacionarlo.  El flujo de emociones que me invadía me hacía temblar, empujándome a correr mas rápido hacia la entrada.

Resiste un poco pequeña

El corazón me latía endiablado mientras corría con Ámber en mis brazos, desangrándose. 

—¡Que alguien me ayude!—Grité con voz gutural entrando en el hospital  totalmente desesperado yendo de un lado a otro—¡Necesito un doctor, rápido!—.

Me acerqué rápidamente a la señora de la recepción jadeante, suplicándole que me ayude. 

—¡Lo siento señor! ya le dije; necesitamos su identificación y seguro—Habló temblorosa, avergonzada con la situación mientras me miraba cayéndome a pedazos con cada palabra que pronunciaba. 

—¡Se va a morir!—Sollocé asustado ante esa idea. 

Se acababa el tiempo, la iba a perder, no la volvería a ver, no me deslumbraría con aquellos ojos, todo se acababa. 

—¡Le pago el doble!—Jadeé—¡Triple! ¡Todo lo que usted quiera, pero salvela— A esta altura, el llanto era imposible de controlar, jamás había llorado frente a otra persona que no sea Ámber, pero mi mundo se derrumbaba. 

La señora pareció pensarlo mientras la miraba suplicante, tenía que salvarla, lo tenía que hacer. Miro a ambos lados preocupada e inmediatamente llamo a un doctor. No habían pasado 15 segundos cuando  cuatro doctores con una camilla se acercaron corriendo.

—La chocó un auto, está inconsciente—Las palabras salieron como cuchillas mientras se las decía. 

—¡Con cuidado!—Le grité al doctor que la sostuvo bruscamente y la acomodo en la camilla. 

A mi Ámber no le gustaría que cuatro hombres extraños estén a su alrededor tocándola. 

Lo siento pequeña, es necesario 

Salí corriendo junto a ellos y mi Ámber, una mano me agarró la muñeca impidiéndome seguir mientras ellos se alejaban.

—¡No, suéltame!—Grité intentando escapar—¡No le va a gustar que la deje sola, suéltenme!. 

Más personas llegaron para retenerme, gritándome que no podía pasar, que no podía estar con ella. 

Tuvieron que pasar veinte minutos forcejeando cuando al fin me dejaron libre. 

Ella va a estar bien, lo tiene que estar. ¿Que sería de mi sin ella?.  ¿Como viviría?. ¿Se iría de este mundo enojada conmigo?. 

Ese ultimo pensamiento terminó de enloquecerme. Un dolor agudo se me instaló en el pecho quitándome la respiración, mientras que la amargura se extendía por todo mi ser. Le hice daño con mis palabras. Por mi culpa esta en aquella camilla. Yo la choqué, yo la dejé inconsciente. 

—¡¿Esta bien señor?!—Me gritó uno de los doctores que se había llevado a Ámber—. 

Me levanté rápidamente del suelo, sin saber como llegué ahí e ignorando el mareo que eso me causo. El doctor parecía preocupado por mi. y otra punzada me rasgó por dentro. 

—¿Como está Ámber?—El doctor me miró preocupado, pero sonrió. 

—La logramos estabilizar, minutos después y la habríamos perdido. 

Fue como si volviera a respirar otra vez, aliviado por los hechos. Ella esta bien. Mi pequeña esta bien. 

—¿Es usted el novio?—Asentí adolorido. Quizás ella ya no quiere que sea su novio..—Pues le tengo buenas noticias.—Sonrió enternecido mientras me daba golpecitos en el hombro. Sonreí igual,¿Que podría ser mejor que tener a Ámber sana y salva?

—¡Va a ser papá!. 

Y todo mi mundo volvió a caer. 

Y mi corazón se volvió a destrozar.

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Que jodido asco chicas :( no se ni como se me pudo haber ocurrido, ese tipo de cosas me hacen doler el corazon, saben? 

que les pareció? VOTEN Y COMENTEN QUE LES LEO! . Y RECOMIENDEN ESTA NOVELA AKSJDKASJD ESTAMOS EN EL #88 DEL RANK DE MISTERIO Y SUSPENSO JKASDKJA os quiero <3 

Daemon PetrovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora