Santos se alejó. Dejándome pasmado. No me lo podía creer.
—Yo, lo siento... no quería hacer esto—murmuró apenado. Mis ojos estaban abiertos como platos.
—Santos...
—No es nada, Daemon—gruñó.—solo olvídalo.
—Tenemos que hablar—le miré enojado. Pero la verdad, estaba malditamente confundido.
—¡No tenemos nada que hablar, Daemon! ¡no pasó nada, joder!—gritó exasperado.
—¡Sí pasó algo!—exclamé.—¡me besaste, eso pasó!
—¡Solo cierra la puta boca y ve tras ella!—exclamó—Ve tras ella, como siempre haces. Ve a lamerle las putas botas.
Pero por primera vez, no siquiera pensé en ir tras ella. No después de que él me haya besado.
—Yo no... ¿Desde cuando tú...?—tartamudeé sin creerlo—¿Por qué?
—¡No lo sé, Daemon!—exclamó—no sé desde cuando, no sé por qué—gimió con dolor—solo corre a llorarle y pedirle perdón por besarme.
—En realidad, tú me besaste.—sonreí incómodo.
—Sí, pero tú no me alejaste—gruñó.
—Es que eres irresistible, eh, papito—bromeé intentando subirle el ánimo.
—¡No te atrevas a burlarte de esto, daemon!—gritó furioso—¡Solo vete, ni siquiera te importa, lleva tu maldito trasero para que ella te lo patee por ser un imbécil!
Mi corazón latió con fuerza. No sabía que decir.
—Santos...—suspiré herido. Le estaba haciendo daño y jamás lo noté—No lo entiendo, de verdad que no. ¡Tú me ayudaste a conquistarla! Tú mismo me la present...
—No sabía que sería algo serio—me interrumpió en un susurró. Sus ojos se cristalizaron—quería hacer lo posible por ser tu amigo. Jamás pensé que te enamorarías irreversiblemente de ella.
Una punzada atravesó mi corazón "irreversiblemente" era la palabra exacta que se clavó en mi pecho. Jamás podría revertir lo que siento por ella.
—Eso que sientes por ella—sonrió con tristeza—eso que te quema como el infierno, es lo que siento ahora. Pero no importa, ve a ser su perro faldero.
Sus palabras me hirieron más de lo que imaginé.Amber era mi todo, pero él era parte de mi. Todavía seguíamos sentados en el sofá, uno al lado del otro, y no creía poder alejarme. No dejandole en este estado. Apoyé los codos en mis piernas y tape mi cara con las manos. Suspiré exhausto.
Todos aquellos momentos que viví junto a él, llegaron a mi mente. Lentamente le encontraba sentido a tantas miradas, tantas palabras, tantos actos...
Pero si al caso vamos... besaría a Daemon. ¿Tú no, Santos?
Les palabras de Aaron perforaron mis oídos, como si lo estuviera diciendo en este puto instante. Él lo sabía.
Para nada, me van más las mujeres. Rubias con increíbles ojos claros. ¿No prefieres de esas?
La réplica de Santos se repitió en mi mente. Fruncí el ceño, impactado. Rubias con increíbles ojos claros... ¡Ámber! Me levante con rapidez en busca de mi chica, mi mujer.
Pero en ese preciso instante, antes de terminar de salir de la habitación, di una última mirada a mi hermano, mi compañero. Y lo que vi me partió aún más el corazón. Santos tenía la cara roja y una lágrima se le escapaba de los ojos. Él no me miraba, siquiera creía que si estaba consiente que le miraba. Se suponía que me iría, que no miraría átras. Pero no pude evitarlo.
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Daemon Petrov
Mystery / ThrillerA Daemon Lo destruyeron. Lo habían manipulado para hacer algo sumamente frío y perturbador que le arruinó la vida entera. Pero ¿Qué es peor? ¿Hacerlo o disfrutarlo? Daemon se recuperó convirtiéndose en el peor de los diablos. Buscaba venganza po...