El olor a putrefacción invadió mis fosas nasales mientras veía la cara contraída y pálida de Aarón. Sus manos temblaban con fuerza, mientras este intentaba controlarse.
La cabeza de Marco Ruskov se encontraba en la maldita caja.
El lugar enmudeció al verle.
—¡Los quiero muertos!—Gritó—¡Los quiero muertos a todos! ¡Les asesinaré yo mismo, les haré sufrir a los malditos que lo tocaron!
Me quité el audífono destruyéndolo para que no escucharan, todos los demás hicieron lo mismo. De pronto caí en cuenta.
¡El maldito cargamento iba destinado al puto gobernador! La culpabilidad creció en mi pecho, asfixiándome.
Yo había mandado a Marco a vigilarle.
¡¿Pero como coño los malditos italianos tenían su cabeza?!
¡¿Cuánto tiempo llevaba Marco muerto?!
—Sé quien podría haber estado involucrado con su muerte—Gruñí.—Le haré pedazos.
Aarón me miró. Una mirada de esperanza, una mirada de perdón. Una mirada que me recordaba al pequeño, inseguro y dulce Aarón que había sido. Una mirada que pedía a gritos salvación y protección.
Si supiera que yo le mandé a su hermano mayor una muerte segura...
Otra persona que murió por mi culpa.
Mi mente comenzó a maquinar y planear estrategias. Ellos no sabían que yo les saquearía... Esto no es un simple acto de provocación.
—Charlie y Andy, conmigo. y que vengan tres más de nuestros hombres—Dije rápidamente. Luego me dirigí a los otros dos esbirros de confianza que habían entrado junto a Aarón—Ustedes, ¡quiero que manden a escanear la maldita cabeza de Marco! algo importante ha de tener—Gruñí sin poder verle la cara a Aarón.
—¡Yo lo hago!—Exclamó Santos volviéndose a levantar. Aarón le empujó con cierta brusquedad de vuelta a recostarse.—¡Tu no iras a ningún lado!
—¡Vamos, vamos, vamos!—Grité saliendo del lugar ignorando las quejas de Santos y los gritos de Aarón. Teníamos que conseguir a mi pequeña.
Salté por la ventana con rapidez cayendo con un golpe sordo y comencé a correr. Hoy la vería. Hoy la besaría. Toda la maldita semana sin ella me enloquecía.
—¡Iremos en la furgoneta!—Les grité en cuanto llegamos a la cueva en donde escondíamos nuestros vehículos. Tenía tantas ganas de agarrar mi moto, pero me expondría demasiado. Entré en la parte de atrás mientras Charlie prendía el GPS con la ubicación de la llamada. Cuatro hombres entraron conmigo. Segundos después ya habíamos arrancado.
Abrí la pequeña sobresaliente que habíamos instalado para situaciones de emergencia o como esta. Le lancé a Charlie un chaleco antibalas, este había dejado el suyo en el hospital. Los tres hombres que habían venido conmigo se lo pusieron con rapidez, Andy ya tenía el suyo puesto.
Saqué un arma de la sobresaliente y unos cuantos cargadores para la que ya tenía.
El sol ya había salido, las personas despertaban ajenas a el desastre en mi mente y corazón.
Apoyé mi cabeza en mis manos y mis codos en mis piernas.
Estaba malditamente preocupado por la reyerta que se armaría. Estamos en plena luz del día. Y Ámber estaría ahí. ¿Y sí me ve matar a alguien...?
¿Y sí no le gusta mi verdadero yo? ¿Y si se enterara que planeé asesinar a toda su maldita familia? ¿Me lo agradecería o me odiaría?
¿Y sí se enterara que su novio es un maldito mafioso que disfruta de extorsionar, asesinar, manipular...?
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Daemon Petrov
Mystery / ThrillerA Daemon Lo destruyeron. Lo habían manipulado para hacer algo sumamente frío y perturbador que le arruinó la vida entera. Pero ¿Qué es peor? ¿Hacerlo o disfrutarlo? Daemon se recuperó convirtiéndose en el peor de los diablos. Buscaba venganza po...